El mundo está tan carente de valores, porque tanto los padres, como las iglesias y los colegios hemos descuidado a nuestros niños en su formación moral en cuanto a valores se refiere. Hemos dejado que se pierda el respeto por los mayores,hemos prostituído el lenguage, y hemos dejado hacer... porque resulta más fácil que el educar y porque en la lucha incansable por el consumismo hay que trabajar más y cada día estamos menos con nuestros hijos, para enseñarles no tanto los "no harás" como las cosas positivas que ayudan a ser feliz en la vida cotidiana y que nos van guiando hacia la sobrevivencia eterna.
Hemos olvidado que somos cocreadores con Dios y que "la calidad de los portadores de la antorcha social, determinará si la civilización irá para adelante o para atrás.909" esta misión no la podemos eludir, ni dejar en manos de terceros, porque la responsabilidad es netamente nuestra y precisamente porque no es nada fácil el ser padres, es el requisito especial que se nos pide para entrar en el Reino, es nuestro exámen de grado, nadie lo puede eludir, pues " ningún mortal ascendente puede escapar a la experiencia de criar hijos, ya sean los propios o los de otros, sea en los mundos materiales o posteriormente en el mundo de los finalistas en Jerusem. Los padres deben pasar por esta experiencia esencial tan ciertamente como las madres. Es una idea desafortunada y errónea de los pueblos modernos de Urantia que la crianza de los hijos sea en gran parte tarea de las madres. Los niños necesitan a sus padres tanto como a sus madres, y los padres necesitan de esta experiencia paternal tanto como las madres.531"
Por éso, el mejor lugar para que los niños crezcan espiritual y socialmente, es el hogar bien constituído por ambos conyúges, porque el rol de cada uno es insustituíble y la falta de cualquiera de los dos, deja una huella imborrable en el desarrollo de los seres humanos, que persistirá durante toda la vida en su parte sicológica. "El matrimonio, con los hijos y con la consiguiente vida familiar, estimula los potenciales más elevados de la naturaleza humana y provee simultáneamente el camino ideal para la expresión de esos atributos acelerados de la personalidad mortal. La familia provee la perpetuación biológica de la especie humana. El hogar es la arena social natural, en la que los niños en crecimiento pueden captar la ética de la hermandad de la sangre. La familia es la unidad fundamental de la fraternidad en la que padres e hijos aprenden esas lecciones de paciencia, altruismo, tolerancia e indulgencia que son tan esenciales para la realización de la hermandad entre los hombres.941"
La gran dificultad de ser padres es el comprender que tenemos que ser ejemplos para ellos y que debemos entregarles valores, pero a la vez debemos respetar su propia evolución y libre albedrío, debemos "dar a cada niño creciente la oportunidad de cultivar su propia experiencia religiosa; no debéis forzarlo a una experiencia adulta ya hecha. Recordad, el progreso año por año a través de un régimen de enseñanza establecido, no significa necesariamente progreso y menos aún crecimiento espiritual. La ampliación del vocabulario no significa el desarrollo del carácter. El crecimiento no está auténticamente indicado sólo por los productos, sino más bien por el progreso. El crecimiento educativo verdadero está indicado por la elevación de los ideales, la mayor apreciación de los valores, los nuevos significados de los valores y una lealtad aumentada a los valores supremos.1094"los cuales deben verse reflejados en la vida cotidiana.
Enseñar a nuestros hijos y nietos a hacerse responsable de sus actos, asumiendo sus consecuencias, es una gran enseñanza que les ayudará a valorar en su vida el don de su libre albedrío, y tal vez al pretender entregar ésto a los niños, aprendamos nosotros mismos a hacernos más responsables, no sólo de nuestras acciones, sino también de nuestros pensamientos e intenciones.
yolanda silva solano
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