Hoy vamos a exponer un tema relevante en la vida de aquellos que aspiran a la ascensión espiritual que culmina en la maestría o iluminación.
La evolución espiritual no sólo se fundamenta en patrones de comunicación, sino también de interacción con los demás y con el entorno.
El ser humano es una estructura de evolución configurada por pensamientos, emociones, sentimientos y reacciones. Estos son las funciones o expresiones del cuerpo mental superior que manifiestan el nivel de evolución y conciencia de una persona.
Vuestros pensamientos están mediatizados por vuestros deseos que a su vez son influenciados por vuestro estado psicoemocional. Todo esto se acaba plasmando en el plano de la acción como un sinónimo de conducta. La conducta de una persona demuestra cuáles son valores, conceptos, hábitos y tendencias.
La conducta espiritual es la manifestación de vuestro Ser Esencial cuando está vibrando en la tesitura del amor, la sabiduría y la belleza divina.
Hay muchas personas cuya conducta está basada en parámetros educativos y culturales convencionales, pero nada tiene que ver con la conducta espiritual.
De hecho, bajo la presión de determinadas circunstancias estas personas pierden la compostura y exhiben habitualmente una conducta irracional y agresiva. ¿Por qué? No han sublimado su egocentrismo que es el causante de todos los conflictos y sufrimientos en la humanidad.
La conducta espiritual no es una exhibición de información metafísica, creatividad o retórica intelectual teñida con conceptos filosóficos interesantes e ingeniosos; tampoco se trata de una técnica específica que se puede aprender y utilizar para impresionar, manipular o captar la atención de otras personas.
No es una pose artificial que se manifiesta dentro de la jurisdicción de un entorno social o situación específica. Los delirios de grandeza, prestigio, fama y demás lacras egocéntricas no son atributos de la conducta espiritual. ¿Qué es entonces la conducta espiritual? Es una forma de ser y actuar conforme a los principios de la evolución espiritual que fomenta armonía, colaboración y comunicación fraternal y solidaria.
Hay personas que son muy elocuentes pero su conducta deja mucho que desear y no se corresponde con el mensaje o valores que imparten, evidenciando su falta de honestidad e hipocresía. Otras personas no se expresan bien pero su conducta es más coherente y virtuosa.
La clave está en integrar la elocuencia basada en los principios del crecimiento interior y la conducta ejemplar que, como soporte espiritual, da fuerza y vida al mensaje que se transmite.
Por eso, en los círculos de los iniciados se hace énfasis en la pureza del corazón que expresa los valores y conceptos reales de la evolución espiritual. Esto requiere de una buena dosis de discernimiento y honestidad para poder diferenciar la realidad de la ficción, el fraude de lo verdadero, la humildad de la soberbia, la luz de la oscuridad, etc.
Es muy fácil desviarse de los parámetros reales de la evolución espiritual debido al autoengaño y la deshonestidad. Es de vital importancia para los que estéis interesados en progresar espiritualmente estar alerta y dispuestos a cuestionar aquellos aspectos de vuestra vida que, aunque atractivos para el ego mental, son perniciosos para vuestro crecimiento espiritual.
Hoy en día lo que predomina en vuestro mundo es el fraude a todos los niveles y, por supuesto, en el ámbito de la espiritualidad. Muchos no son víctimas del fraude del que puedan ser objeto, sino de su propia deshonestidad y falta de sinceridad. Nadie os puede embaucar, a no ser que vosotros lo aceptéis como parte de los deseos ocultos del ego que siempre acechan desde la clandestinidad de la ingenuidad y el autoengaño.
Ser íntegro en el amplio sentido de la palabra es algo muy difícil y que no todo el mundo está dispuesto a aceptar y desarrollar. La integridad espiritual es la manifestación de la conducta espiritual cuando se está vibrando en sintonía y sinergia con los paradigmas de la evolución cósmica.
La conducta espiritual no es una forma de ser o estilo de vida estereotipado, sino un acto consciente de sensibilidad espiritual para poder detectar todo aquello que es discordante y no fomenta sabiduría, sensibilidad, armonía y transformación.
El nivel evolutivo de una persona se evalúa en función de su conducta espiritual no como algo puntual y en unas circunstancias y entorno específicos, sino en cada instante de vuestra vida.
Cuando estáis solos y tenéis conflictos psicológicos y emocionales, y los aceptáis plenamente sin disfrazarlos y conscientes de vuestras limitaciones, estáis potenciando la conducta espiritual. La conducta se manifiesta cuando discernís el origen del conflicto, la honestidad para aceptar vuestras deficiencias espirituales y la humildad para transmutarlas.
No es necesario adoptar poses artificiales ni pretender ser lo que no se es ni donde no se está espiritualmente, porque esto, aunque no lo detectéis, crea improntas profundas en vuestra mente y potencia más el egocentrismo.
La conducta espiritual es una forma de vivir conforme a los ciclos evolutivos que el universo y la Divinidad van diseñando para vosotros, sin oponer resistencia ni intentar justificar vuestros errores.
El error es un dispositivo de crecimiento espiritual muy constructivo que abre los canales para que la guía y la gracia divina desciendan sobre vosotros. No debéis olvidar que siempre estáis bajo una exhaustiva supervisión por parte de las esferas de luz, donde lo más importante es ser honesto y sincero con uno mismo para serlo también con los demás.
Todos buscáis la felicidad y la paz interior, pero si no estáis vibrando en la tesitura de la conducta espiritual no podréis conseguirlo. Todo es una cuestión de establecer qué buscáis, hacia dónde queréis ir y qué esperáis de la vida y la evolución.
Hay muchas personas dentro del ámbito de la espiritualidad que aparentemente buscan el crecimiento interior, pero no son conscientes de los deseos subconscientes que están clandestinamente pulsando su vida.
Recordad que el monitor interior o Ser Esencial es consciente de todo lo que sucede en vuestra vida a nivel consciente a inconsciente.