En mayor o menor grado, todos malgastamos momentos preciosos con
actividades tontas que no revelan Luz; en esfuerzos que no tienen un
impacto duradero en las vidas de los demás. Pensamos que estamos
aquí para vivir una vida cómoda, ganar dinero y tener amigos y familia
a nuestro alrededor. Pero hay más, siempre hay más.
Vinimos aquí para cosas importantes.
Es importante ser conscientes de que en nuestro estado humano
actual, nuestra presencia en este planeta es breve. Pero si
constantemente empujamos y hacemos un esfuerzo extra,
podemos dejar un impacto duradero en el mundo. Nuestra tarea
es asegurarnos de que nuestras acciones y nuestra conciencia
están en el lugar adecuado para garantizar nuestro legado.
En nuestra vida, cada uno de nosotros tiene una misión especial:
uno o más actos positivos que vinimos a realizar en este mundo.
¡Si tan solo supiéramos exactamente qué buena obra o buenas
obras en particular vinimos a hacer aquí!
La vasta mayoría de las personas ni siquiera saben que tienen
una misión que completar, y a menudo aquéllos que lo saben
negocian consigo mismos: "Si soy espiritual al menos el 75%
del tiempo, eso será suficiente. Lo más probable es que haré lo
que se supone que tengo que hacer en ese 75%".
O puede ser que miremos a nuestro alrededor y juzguemos
que otras personas se comportan espiritualmente mucho menos
del 75% del tiempo, y nos convenzamos de que estamos
haciendo suficiente. ¿Pero es suficiente?
Lo cierto es que cada acción positiva que hacemos elimina un
poco de la oscuridad que limita nuestra percepción. Es como
limpiar una ventana sucia: obtenemos una mayor claridad y la
Luz brilla más fuerte cuando nos hemos estado preparando en
cada paso del camino. Esto también significa que será mucho
más probable que reconozcamos nuestra
misión especial cuando aparezca.
Puede ser que hayamos venido a hacer 12 cosas específicas. Y
aunque podamos haber hecho 750 cosas buenas en el trascurso
de nuestras vidas, ¿qué ocurre si no hicimos las 12 que vinimos
a hacer? Decirnos “lo haré mañana” o “probablemente ya
hice suficiente por ahora” nunca es suficientemente bueno. No
esperes a mañana para hacer tu trabajo espiritual. Piensa siempre
como que hoy es tu última oportunidad.
Una advertencia: a medida que te embarcas o reembarcas en
esta búsqueda, no caigas en la tristeza o la depresión si el camino
para encontrar tu propósito parece largo. Si acabas sintiéndote
frustrado porque no cumples tus expectativas, ponte cómodo, estás
en buena compañía. Moisés. Jesús. Rav Shimón Bar Yojái.
Mi consejo es que saborees la búsqueda tanto como el objetivo.
Recuerda el dicho: “Se trata del viaje, no del destino”.Durante
años, mi madre me ha enseñado que las personas que están
buscando un camino espiritual ya están en el camino. La búsqueda
de la espiritualidad es la espiritualidad. El hecho de que estés
buscando tu propósito –e incluso estés disgustado porque no lo
encuentras– es la parte de “ir más allá de tu naturaleza” que se
requiere para romper los velos que tapan tu visión.
Esta semana, aprecia tu coraje por estar en este viaje. Vuélvete
a comprometer con la búsqueda de tu misión especial, sin
ninguna expectativa. Si no dejas de intentarlo, nunca fracasarás.
Todo lo mejor,
Yehuda