LA ANGUSTIA
Le preguntaron:
¿Qué nos dices de la angustia?
Y El, se sentó junto a ellos
y así les decía:
Mi corazón se entristece y mi frente
se cubre con un paño de sudor
cuando siento que la Angustia
visita sus casas, porque casi siempre
la llama el Hermano Miedo. Y,
¿A qué tienen miedo? ¿Acaso temen
perder sus vestidos?
¿O perder los vestidos de sus vestidos?
¿O perder las sandalias que cubren
sus pies o las palapas que
cubren sus cabezas?
Si la vida los trajo sin nada,
¿qué temen perder?
¿Por qué no se dan
hasta desnudarse para
no deberle nada a la Vida?
y entonces, hasta
darán el Miedo y la Angustia,
y así se quedarán sin ellos.
Ella hace que los días pasen
muy despacio y desgarren l
os velos que cubren la serena
morada de su Silencio Interior.
Vean las flores de los campos,
y los árboles, y los caminos, ellos
hacen lo que tienen que hacer
y no conocen la Angustia.
Miren como se visten de colores
sin vestirse de suntuosidad
y son grandes en su sencillez.
¿Qué camino se vuelve sobre sí mismo?
¿Qué árbol después de dar los
primeros pasos hacia el Sol,
le vuelve la espalda?
Esfuércense en tomar consciencia
de lo que realmente son,
y al igual que el sol de
la mañana evapora en los campos
las gotas de rocío, esa consciencia
disipará para siempre
la Angustia de sus corazones.
DEL LIBRO: ASÍ HABLABA QUETZACOATL .