Los corto circuitos espirituales son la causa raíz detrás de todos los sentimientos negativos que ocurren en nuestras vidas.
Es la ausencia de Luz que deja de fluir en respuesta a nuestro comportamiento reactivo. En realidad, la restricción le
permite a nuestro cuerpo y alma sentirse saciados en una forma balanceada.
Todos nosotros enfrentamos decisiones difíciles cada día. ¿Continuamos reaccionando a todos los estímulos externos que
nos llegan de todas las direcciones, o nos detenemos e inyectamos un poco de cordura espiritual en nuestros patrones de
comportamiento?