¿Por qué me subestimas
de esta forma?
-Preguntó el corazón.
Nosotros los corazones somos
más fuertes de lo que piensas,
nosotros los corazones,
no tenemos tanto miedo como uds.
los humanos, no nos morimos
de la pena por amores que partieron
y jamás regresaron,
ni por los momentos
que podrían haber sido
buenos y no lo fueron.
Nosotros los corazones sabemos
que el miedo a sufrir es mucho peor
que el propio sufrimiento
y que ningún corazón
jamás ha sufrido
por ir en busca de sus sueños
porque cada momento de búsqueda,
es un encuentro con Dios
y con la eternidad.
Por qué dejas que tu mente
gobierne sobre mí?
Te has olvidado de vivir, de reír,
de disfrutar cada segundo
y sólo me limito a escuchar
de tus labios decir
"lo hago, para que mi
corazón no sufra"
Recuerda el tiempo
en que yo me emocionaba
con la salida del sol,
en que palpitaba
con fuerza cuando
encontrabas un camino
que jurabas que no existía
y mis latidos intensos
al empezar una nueva aventura.
Nosotros los corazones,
seguimos hablando,
pero ustedes los hombres
ya no tienen interés
en escucharnos
porque han dejado a un lado
el camino a la felicidad,
consideran al mundo como
algo amenazador
hasta convencerse de ello.
Yo, tu corazón aquí estoy,
me emociono,
me agito, me enamoro
y tengo la capacidad de
renacer una y otra vez
porque amo mi latir,
confío y tengo fe,
sólo hace falta que me escuches
y que no huyas de mí.
Recuerda que el hombre feliz
es el que lleva a Dios dentro de sí
y que la felicidad se puede encontrar
en un simple grano
de arena del desierto,
porque ese grano de arena
es un momento de la Creación.
Y jamás desesperes
cuando veas todo negro,
porque la hora más oscura
es la que viene
antes del amanecer
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