La razón por la cual nuestras vidas no están bajo el dominio de la positividad constante no es porque esta positividad
no está cerca. Es porque algunas veces estamos en contacto con el alma, las bendiciones y la esencia real de las cosas,
y a veces no. Algunas veces estamos gobernados por la precepción de los aspectos físicos.
Dios es constante. Nuestra meta es volvernos más constantes gradualmente. Certeza constante. Control constante.
Cuidado constante. Entusiasmo constante.