¿A qué sabe nuestra vida.? ¿ A preocupación, a apuro, a cansancio, a rutina, a estrés, a rencor a desconfianza.? Si es así, por supuesto que el sabor que podemos dar a los que nos rodean es deplorable, porque es más amargo que el natre.
Es bueno y saludable hacer un alto en medio de nuestros quehaceres cotidianos, para hacernos estas preguntas, que son una radiografía a nuestra espiritualidad, pues bien sabemos que ella sin obras es cosa muerta y “ merece ser pisoteada por los hombres” porque “la espiritualidad es el indicador de la propia cercanía a Dios y la medida de nuestra servicio para con los semejantes. La espiritualidad eleva la habilidad de descubrir la belleza en las cosas, reconocer la verdad en los significados y la bondad en los valores.” 1096
Si nuestra vida está transcurriendo en forma monótona y sin brillo, es señal que no la estamos viviendo como hijos de Dios, pues quien tiene conciencia que El habita en nosotros, vive la vida con alegría y le da significado a lo que hace, sin importar lo que ello sea, pues sabe que la importancia no radica en la acción en sí, sino en la forma en que se realiza y la intención que la motiva, porque “ la religión del espíritu de hecho, no funciona separada del individuo. Es así como la mente del hombre se vuelve mediadora entre las cosas materiales y las realidades espirituales. 1779
“La finalidad de la espiritualidad es el equivalente al logro máximo de la realidad y de la semejanza con Dios en la sintonización con nuestro Espíritu residente 1096 pero esta cercanía debe darse en nuestra vida cotidiana y en medio de nuestros quehaceres comunes, sin que haya una dicotomía entre ella y la vida espiritual porque “aislar parte de la vida y llamarla religión, es desintegrar la vida y distorsionar la religión” 1124 y es justamente esta separación entre lo material y lo espiritual lo que permite que el mundo esté como está. Se ha perdido la credibilidad en la religión y en los creyentes porque hemos llegado a asemejarnos a los politiqueros, que promenten mucho y cumplen muy poco
“El hombre tiene derecho a gozar de los placeres físicos y a satisfacer los afectos humanos, se beneficia por la lealtad a las asociaciones humanas y a las instituciones temporales, pero estos no constituyen los cimientos eternos, sobre los que se construye la personalidad inmortal que debe trascender el espacio, conquistar el tiempo y alcanzar el destino eterno de perfección divina. 1096 Por eso, la sabiduría está en no separar, sino unir lo material con lo espiritual, porque “mientras os dedicáis a la obtención de las realidades eternas, debéis también disponer para las necesidades temporales. 1778 pues “la religión es el impulso hacia la organización del alma para el servicio dinámico.1097 porque “la adoración es la técnica de buscar en el Único la inspiración para servir a muchos. 1616
Si lográramos en forma paulatina pero constante, mantener esta actitud de unión entre nuestro espíritu y nuestra mente, nuestra vida podría transformarse en algo placentero y digna de ser vivida con entusiasmo, porque “ a medida que la compresión y amor a Dios encuentran expresión espiritual en la vida de los mortales que conocen a Dios, se producen los frutos de la divinidad que son: paz intelectual, progreso social, satisfacción moral, felicidad espiritual y sabiduría cósmica. Estos mortales han aprendido que el amor es lo más grande del universo porque es el deseo de hacer el bien a los demás, porque Dios es Amor. 648
Si lográramos vivir de acuerdo con nuestra religión del espíritu, nuestro buen ejemplo brillaría como una luz ante el mundo y este ejemplo nuestro, sumado al de muchos otros llamados cristianos, sin duda que cambiaría el mundo, porque la mejor prédica del evangelio es la que podemos hacer mediante nuestras obras. Mostrando la felicidad personal reflejada en la paz de nuestros hogares, la satisfacción en la prosperidad económica bien adquirida, en la integridad en los negocios, en la sobriedad de nuestra vida, ajena al consumismo exagerado y sobre todo en la consecuencia de todos nuestros actos, porque “todo mortal que piense rectamente, hable noblemente y actúe en forma altruista, no sólo disfrutará de la virtud aquí en esta breve vida, sino que, después de la disolución del cuerpo, también continuará disfrutando de las delicias del cielo.” 1447
Porque “ no hay aventura más apasionante en el curso de la existencia mortal, que el regocijo de actuar como socio de la vida material que se une con la energía espiritual y la verdad divina, en una de sus luchas contra el error y el mal. Es una experiencia maravillosa y transformadora, tornarse en el canal viviente de la luz espiritual que ha de iluminar al mortal que permanece en la oscuridad espiritual” 1430 Con el ejemplo de una vida guiada por la religión del espíritu, no sólo podemos ser felices en forma individual abrazando la verdad, la belleza y la bondad, sino que también nos convertiremos en luz para los que están en tinieblas y en forma tácita pero real y eficiente, estaremos dando a conocer la Buena Nueva que Jesús vino a traernos y le devolveremos a la Vida su verdadero sabor.
yolanda silva solano