Todos tenemos agujeros negros de inseguridad dentro de nosotros. El creador nos envía personas que los
detonarán para que podamos corregirlos. A los agujeros negros, no a las personas.
Cada vez que somos probados, podemos elegir no reaccionar a la otra persona, y en lugar de ello, decidir que
en vez del dolor que sentimos ahora vamos a llenar ese agujero con Luz