Para tener alegría y paz deben desarrollar una mente pura, no manchada por el egoísmo y su prole – lujuria, codicia, envidia, ira, odio y los demás, Esto será fácil si buscan la buena compañía y llevan a cabo buenas acciones, albergan nobles pensamientos y leen libros inspiradores.
Lo más importante en todo esto es el llevar a la práctica al menos un buen pensamiento. Si no practicaran, no podrán borrarse las manchas en el espejo de su corazón y el Señor no se podrá reflejar en él.
La práctica constante con una fe plena transmutará lo humano en divino porque, en esencia, ustedes son Divinos