Jesús y la Responsabilidad Personal 4
Pág. 1570:“Uno tras otro abrazaron a Jesús, pero nadie dijo nada. Un gran silencio invadió el lugar, mientras que una multitud de seres celestiales contemplaba desde arriba esta escena solemne y sagrada —el Creador de un universo poniendo los asuntos de la fraternidad divina de los hombres bajo la dirección de unas mentes humanas.”
Pág. 1731: "Os he llamado para que salgáis de las tinieblas de la autoridad y del letargo de la tradición, y entréis en la luz trascendente donde obtendréis la posibilidad de hacer por vosotros mismos el mayor descubrimiento posible que el alma humana puede hacer —la experiencia celestial de encontrar a Dios por vosotros mismos, en vosotros mismos y para vosotros mismos, y efectuar todo esto como un hecho en vuestra propia experiencia personal." (Jesús)
Pág. 1635: “¿Entonces cómo puede ser que quieras que me desvíe de mi trabajo para contentar a
los curiosos y satisfacer a los que buscan signos y prodigios? ¿No hemos estado entre esa gente todos estos meses? ¿Y se han congregado en multitudes para escuchar la buena nueva del reino? ¿Por qué vienen ahora a acosarnos? ¿No es para buscar la curación de su cuerpo físico, en vez de venir porque han recibido la verdad espiritual para la salvación de su alma? Cuando los hombres se sienten atraídos hacia nosotros a causa de las manifestaciones extraordinarias, muchos no vienen buscando la verdad y la salvación sino más bien la curación de sus dolencias físicas, y para conseguir la liberación de sus dificultades materiales." (Jesús).”
Pág. 1729: “En la Tierra vivirán durante mucho tiempo esos individuos tímidos, miedosos e indecisos que preferirán obtener de esta manera sus consuelos religiosos, aunque al ligar su suerte con las religiones de autoridad, comprometen la soberanía de su personalidad, degradan la dignidad de la autoestima, y renuncian por completo al derecho de participar en la más emocionante e inspiradora de todas las experiencias humanas posibles: la búsqueda personal de la verdad, el regocijo de afrontar los peligros del descubrimiento intelectual, la determinación de explorar las realidades de la experiencia religiosa personal, la satisfacción suprema de experimentar el triunfo personal de conseguir realmente la victoria de la fe espiritual sobre las dudas intelectuales, una victoria que se gana honradamente durante la aventura suprema de toda la existencia humana —el hombre a la búsqueda de Dios, por sí mismo y como tal hombre, y que lo encuentra.”
Pág. 1705: “En menos de un mes, los seguidores entusiastas y declarados de Jesús, que ascendían a más de cincuenta mil solamente en Galilea, se redujeron a menos de quinientos. Jesús deseaba que sus apóstoles pasaran por esta experiencia con la inconstancia de las aclamaciones populares, para que no se sintieran tentados a fiarse de estas manifestaciones de histeria religiosa transitoria después de que los hubiera dejado solos con el trabajo del reino; pero sólo consiguió un éxito parcial en este esfuerzo.”