Cuando sabes amar será señal de que has llegado a percibir a las
personas como semejantes a ti. Nadie hay mejor ni peor que tú. Es posible que
el otro haya obrado mal en la misma circunstancia y tú no, pero habrá sido por
su programación, o por circunstancias anteriores que ahora le han hecho por
miedo comportarse así. Todos tenemos las mismas inclinaciones y, la prueba,
es que si nos molestan los fallos de los demás es, precisamente, porque nos
están recordando nuestros propios fallos, y si nosotros no nos permitimos el
fallar... o no queremos reconocérnoslo... ¿Cómo vamos a aceptárselos a los
demás?. En cuanto tú te reconoces lo tuyo, ya no te molesta verlo en los
demás.