La realidad significa cambio y crecimiento.
Libro de Urantia. Pág. 1097
Una moneda si no tiene dos caras diferentes deja de ser moneda, la vida es igual si en ella no cohabitaran el éxito y el fracaso no sería vida, porque ellos no son más que las dos caras de la misma moneda que es la vida y de la cual ningún ser humano puede liberarse, porque en un mundo en donde "la perfección es nuestra meta pero no nuestro origen 846 la dualidad es indispensable, no sólo para nuestro crecimiento espiritual y moral, sino también para poder apreciar lo que tenemos y aprender a manejar lo negativo que nos ocurre en determinadas ocasiones. Tanto el éxito como el fracaso son efímeros, ninguno de los dos tiene existencia propia, ambos depende de las circunstancias y también en forma importante de nuestra mente.
.Hay muchos éxitos aparentes, que por una u otra razón el tiempo los convierte en rotundos fracasos, de la misma forma que de un fracaso podemos llegar a un éxito duradero y eficaz, pues la vida no es estática “la realidad significa cambio y crecimiento 1097 todo depende del uso que hagamos de los acontecimientos que nos rodean. Éxito y fracaso, son sólo una etiqueta que ponemos a ciertas situaciones humanas, que no son permanentes sino circunstanciales y que nosotros podemos revertir, porque el ser humano tiene en su mente un poder extraordinario pues “el poder moral y la energía espiritual, son fuerzas poderosas que pueden ser utilizadas para tratar situaciones sociales difíciles y resolver problemas económicos complicados.1739
Tanto el éxito como el fracaso son completamente subjetivos, porque se pueden invertir y revertir. El éxito si no lo sabemos administrar puede convertirse rápidamente en un rotundo fracaso. En el plano material podemos ver lo poco que les dura el éxito a quienes han llegado a él sin grandes esfuerzos, ya sea por un golpe de suerte o por una herencia inesperada. Tan pronto la reciben como la pierden. En el plano espiritual, el éxito de la comprensión que se cree tener, se puede convertir en paja molida, cuando el ego invade la personalidad y se llena de soberbia y orgullo, cuando alguién se cree superior y olvida o mira en menos, a los que él cree saben menos.
Hoy en día la obsesión por alcanzar el éxito, nos lleva muchas veces a lo contrario, porque por alcanzarlo rápido, no pensamos lo suficiente con una mente fría, en las consecuencias que ese aparente éxito puede traer. El éxito personal puede ser fruto de un gran egoísmo, cuando por alcanzarlo, pasamos a llevar a las personas, ignorando que no es posible crecer cortando la cabeza de los otros, porque tarde o temprano, recibiremos lo mismo que a otros hemos hecho, pues “la naturaleza no ofrece más que una clase de justicia: los efectos, que son el resultado inevitable de las causas” 794 creadas por nosotros mismos.
“La competición despiadada que se basa en el egoísmo de miras estrechas, a la larga destruye aquello que pretende mantener. La motivación egoísta y exclusiva de lucro, es incompatible con los ideales cristianos, y con las enseñanzas de Jesús 805, por eso “el hombre debe pasar por la vida, tratando a sus semejantes, como a él le gustaría que lo trataran.1451
El éxito puede convertirse en algo peligroso si no se tiene una base firme de espiritualidad que permita continuar con los pies en la tierra, pues el éxito infla al ego que comienza a creerse dueño del mundo, e ignora las debilidades propias de su condición humana y “cuando te sientes importante, pierdes energía a través del desgaste de la dignidad del ego, de manera que queda poca energía para continuar la tarea. 555
Como hijos de Dios el éxito debería ser nuestra meta en todo lo que hacemos, porque ello significa excelencia, y ella sólo se adquiere con esfuerzo y conciencia de lo que hacemos. Pero el camino del éxito no es recto, está lleno de curvas peligrosas llamadas fracasos, que debemos aprender a sortear antes de poder cantar victoria, pues el éxito también se puede ver afectado en su verdadero significado si dejamos que nuestro ego se pavonee por haberlo alcanzado y se olvide que sin la ayuda divina difícilmente se hubiese obtenido. El éxito es peligroso porque nubla nuestra visión de la realidad y es engañoso porque es muy fácil de creer y aceptar como algo propio y al aferrarnos a él, casi sin darnos cuenta lo perdemos.
Debemos saber aprovechar el éxito como una experiencia que podemos volver a repetir pero con humildad, porque "el éxito puede generar valor y promover confianza,pero la sabiduría, sólo proviene del ajuste al resultado de los propios fracasos. Los hombres que prefieren las ilusiones optimsitas a la realidad, jamás podrán ser sabios pues sólo los que se enfrentan a los hechos y los adaptan a los ideales, pueden alcanzar la sabiduría."1824
Veamos siempre los dos lados de esta bella moneda de oro, llamada vida, en ella todo tiene sentido si sabemos buscar el significado detrás de cada apariencia encontraremos el amor de nuestro Padre que quiere que aprovechemos todo lo que llega a nosotros para crecer en amor y comprensión de la Verdad.
yolanda silva solano