Renovarnos como nos lo pide Jesús, debiera ser nuestra premisa diaria, para que cada momento fuese diferente a todos los anteriores y así pudiéramos conservar y acrecentar nuestra capacidad de asombro, pues lo que cansa y agota es la monotonía de hacer siempre lo mismo, la rutina es la principal causa del estrés que tantas personas sufren hoy en día, amargando y limitando sus vidas al no ser capaces de ir más allá de las apariencias.
Recomenzar es hacer lo mismo, pero en otra forma, con otro estado de ánimo, porque sin duda que son nuestros pensamientos y emociones, los que marcan nuestros actos, porque "el poder de toda idea yace, no en ella misma, sino más bien en la intensidad de su atracción o rechazo.1005 Si lo que tenemos que hacer, lo hacemos de malas ganas se nos va a hacer mucho más aburrido y difícil de realizarlo, porque nuestro yo interno va va estar dividido entre el deber y el deseo, provocando nuestra propia entropía, nuestro propio desorden emocional. Si por el contrario nuestro ánimo es positivo, si nos sentimos hijos de Dios y como tales estamos convencidos que "todas las cosas son sagradas en la vida de los que son conducidos por el espíritu 1732 tomáremos nuestros quehceres cotidianos y rutinarios, como algo diferente, porque a todo lo que se le pone amor, cambia de color, porque la vida no es esperar que las cosas sucedan o cambien por sí solas, sino que debemos ser nosotros los propios artífices de estos cambios, pues "en el Reino deL Padre habréis de transformaros en criaturas nuevas, las cosas viejas habrán de perecer y Yo os muestro como todas las cosas se han de renovar, y por vuestro amor mutuo, convenceréis al mundo de que habéis pasado de la esclavitud a la libertad, de la muerte a la vida.1609
Alguíen dijo que "la vida no es esperar que pase la tormenta, sino aprender a bailar bajo la lluvia" es decir, saber aprovechar lo aparentemente malo que nos sucede para transformarlo en algo positivo. Es cierto que hay cosas que escapan a nuestro control, que no podemos cambiar las circunstancias con un chasquear de dedos, pero lo que sí podemos cambiar siempre, es el swich de nuestros pensamientos, la disposición de ánimo para afrontar las dificultades, no viendo en ellas un fracaso, ni mucho menos un castigo, sino más bien una nueva oportunidad que la Maestra Vida nos regala para que aprendamos a ser mejores, porque "si la mente de un hombre está sincera y espiritualmente motivada, si tal alma desea conocer a Dios y ser como él, si honestamente desea hacer la voluntad del Padre, no hay influencia negativa alguna de carencia mortal, que pueda detener la ascensión certera de dicha alma motivada para llegar a las puertas del Paraíso.63
Debemos aprender a usar nuestro ingenio para descubrir como podemos crear lo que en verdad queremos y luego tener una gran perseverancia para conseguirlo, para lo cual nuestro autodominio, deberá ser quien nos diga la senda que debemos seguir, porque él es "la medida de la naturaleza moral del hombre y el indicador de su desarrollo espiritual.1609 pues "la experiencia espiritual personal, es un solvente eficaz para sortear las dificultades humanas. La religión no elimina ni destruye los problemas, pero los disuelve, los absorbe, los ilumina y los transciende.2093 permitiéndonos ver el ángulo positivo a lo que en apariencia es negativo.
Iniciar algo, es relativamente fácil porque estamos llenos de fe y entusiasmo, pero perseverar y recomenzar la tarea apesar de los obstáculos o la rutina, requiere del esfuerzo de nuestro autodominio, que es el acicate que nos ayuda a proseguir, por éso Jesús nos dijo: "el que sepa gobernarse a sí mismo, es más grande que el que conquista una ciudad.1609 pues la médula de toda obra grande es la paciencia y la perseverancia ya que todo tiene un período de gestación, todo debe aguardar su hora de maduración y es en este tiempo, en donde nuestra confianza en Dios y en nosotros mismos, debe acrecentarse para que ningún proyecto sea abortado por nuestra impaciencia.
Comenzar está al alcance de cualquiera, recomenzar es tarea para los intrépidos que se atreven a vencer las dificultades, porque saben que “el esfuerzo no siempre produce deleite, pero tampoco hay felicidad sin esfuerzo inteligente 556 pues la lucha tonifica el espíritu y le da fuerzas para conseguir lo deseado, porque las victorias del recomenzar, siempre serán para las almas que se preparan, trabajan, perseveran y ponen sus deseos en las manos de Dios.
Dejemos atrás los días anteriores con toda su carga negativa y recordemos que Jesús nos dijo que a cada día le bastaba su propio afán y pongamos todas nuestras fuerzas y entusiasmo en vivir plenamente el Aquí y el Ahora, porque el Presente es el único tiempo que es en verdad nuestro.
yolanda silva solano