Camino hacia la luz…
Son innumerables las experiencias en nuestra vida, ya sean
dolorosas o felices, que confirman que las casualidades no
existen que todas las piezas del rompecabezas del universo
encajan a la perfección.
Doy gracias, a Dios, al Padre que habita en mi,
que me enseña a ver con nitidez, a través de
tales experiencias, el amor que inunda mi vida y
toda vida circundante.
Mi corazón vibra y ríe al sentir que todos somos
tiernamente amados por Dios.
Ahora sé cual es el propósito de nuestra vida. Expresar
lo que verdaderamente somos, pura energía de amor.
Herencia divina. Poderosa fuerza que mueve a todo el
universo.
Cuando expresamos lo que somos manifestamos nuestra
divinidad y nuestra conciencia se eleva. Es el camino de
nuestra ascensión.
Somos tiernamente amados. así es.