El mortal que puede trascenderse a sí mismo podría rendirse a la tentación de deificar su propia autoconciencia.
Libro de Urantia. Pág.1222
El Camino espiritual es sin duda cuesta arriba, pero no por las prohibiciones, porque como nuestro Padre nos dotó del libre albedrío, nadie nos debería mandar lo que tenemos que hacer, porque todo lo que hagamos debería ser motivado por nuestro sincero deseo de llegar algún día a ser perfectos como lo es nuestro Padre. Pero lo que no podemos negar que es que no es fácil el mantener una conciencia alerta, para no caer en los muchos cazabobos que encontramos tan amenudo, a los cuales sólo podemos vencer con conciencia y fuerza interior, pues " la valentía que se requiere para efectuar la conquista de la naturaleza y trascender a sí mismo es una valentía que puede sucumbir ante las tentaciones del autoorgullo. El mortal que puede trascenderse a sí mismo podría rendirse a la tentación de deificar su propia autoconciencia. El dilema mortal consiste en el doble hecho de que el hombre está encadenado a la naturaleza mientras que al mismo tiempo posee una libertad única: la libertad de la elección y acción espiritual. En los niveles materiales el hombre se encuentra esclavizado a la naturaleza, mientras que en los niveles espirituales triunfa sobre la naturaleza y sobre todas las cosas temporales y finitas. Dicha paradoja es inseparable de la tentación, del mal potencial, de los errores de decisión, y lo peor es que cuando el yo se vuelve orgulloso y arrogante, es posible que evolucione en pecado.1222
Buscar la espiritualidad es como querer navegar en medio de un basto océano, puede que al comienzo, todo parece calmo y sereno, pero debemos recordar que en el mar también hay rocas que pueden hacernos naufragar, porque nuestros deseos de superación no nos liberan de nuestro ego, por el contrario, sobre todo los que conocemos la Quinta Revelación, muchas veces casi sin darnos cuenta nos comenzamos a sentir más importantes que los demás, porque conocemos lo que una gran mayoría desconoce, porque "el yo es el invencible adversario del hombre, y el yo se manifiesta en las cuatro pasiones más grandes del hombre: la ira, el orgullo, el engaño y la codicia. La victoria más grande del hombre es la conquista de sí mismo. Cuando el hombre pone su mirada en Dios en pos del perdón, y cuando se atreve a disfrutar de tal libertad, se libera del temor. El hombre ha de pasar por la vida tratando a sus semejantes como a él le gustaría que lo trataran 1451 porque "si se amplía la vanidad para incluir el orgullo, la ambición y el honor, entonces se puede discernir no solamente cómo estas propensiones contribuyen a la formación de las asociaciones humanas, sino, además, como también mantienen unidos a los hombres, puesto que tales emociones son vanas sin espectadores ante quienes hacer ostentación. Al poco tiempo, la vanidad se relacionó con otras emociones e impulsos que requerían un foro social donde exhibirse y satisfacerse. 765 Hoy en día son las Redes Sociales las que pueden ser un buen acicate para que nuestro ego crezca y nos lleva al autoengaño.
Muchas veces, nuestro deseo de mostrar la Verdad a otros, se oscurece debido a que tratamos de mostrar desde un peldaño más alto de superioridad, en vez de hacerlo como lo hacía el Maestro que " no cometió nunca el error de enseñar más, no preciìtó la confusión presentándoles una verdad que rebasa su capacidad de comprensión.1535 pues El sabía que " el orgullo de la erudición no espiritualizada es cosa traicionera en la experiencia humana. El verdadero maestro mantiene su integridad intelectual, tan sólo si sigue siendo un aprendiz».1433 pues " de todos los peligros que acechan la naturaleza mortal del hombre y arriesgan su integridad espiritual, el orgullo es el peor. La valentía es valerosa, pero el egocentrismo es vanaglorioso y suicida. Una autoconfianza razonable no ha de ser deplorada, pues la habilidad del hombre de transcenderse a sí mismo es lo que lo distingue del reino animal. Pero el orgullo es engañoso, intoxicante y originador del pecado tanto en el individuo como en el grupo, en la raza o en la nación. Es literalmente verdad: «Antes del quebrantamiento es la soberbia».1223
La manipulación de nuestro ego es tan sutil, que si no tenemos un estado de conciencia alerta, fácilmente somos engañados por él, haciéndonos creer que lo que sabemos, nos hace por si sólo ser más espirtuales, olvidando que "la virtud es rectitud y conformidad con el cosmos. Nombrar las virtudes no quiere decir definirlas, pero vivirlas es conocerlas. La virtud no es sólo conocimiento ni aún sabiduría, sino más bien la realidad de la experiencia progresiva en el logro de los niveles ascendentes de alcance cósmico. .La moralidad nunca se puede promover ni por ley ni por la fuerza. Es un asunto personal de libre albedrío que debe diseminarse mediante el contagio por contacto de las personas moralmente atrayentes con aquellas que responden menos moralmente, pero que también tienen en cierta medida el deseo de hacer la voluntad del Padre.193
Los invito a que guardemos unos minutos de silencio interior y escuchemos a Jesús cuando nos dice. «Ahora debes examinarte para hallar tu motivación de ser mi discípulo. Si buscas honor y gloria, si tu mente es mundana, eres como la sal que ha perdido su sabor. Y cuando lo que vale por su salinidad ha perdido su sabor, ¿con qué lo sazonaremos? Es inútil tal condimento; sólo sirve para echarlo a la basura. 1870
yolanda silva solano