El día de hoy se erige ante nosotros con esperanza. Nos invita a participar plenamente en nuestras experiencias.
El hecho de estar vivos, de estar de pie encarando este día, nos garantiza que estamos calificados para manejar cualquier reto que demande nuestra tensión. Y no debemos temer.
El mundo y todo lo que contiene está lleno de espíritu. Estaremos seguros y a salvo si nos limitamos a creerlo.
Cuando miramos el día con confianza nos conectamos con la fortaleza interna que siempre está presente.
Cuanto más recurramos a esa fortaleza, con menos frecuencia nos atormentarán los dolores de la ansiedad. Nuestra confianza en ella incrementa nuestra fe y nuestra comprensión de que todo está bien, ahora y para siempre.
La liberación del miedo nos ofrece una estimulante libertad. La fe, la confianza y la esperanza nos prepararán para cualquier reto o experiencia.