Cuando tienes la revelación de una verdad espiritual, no
vayas enseguida a hacer partícipe de ello a los demás con el
fin de persuadirlos que deben, ellos también, aceptarla.
Empieza por experimentar detenidamente esta verdad, haz ejercicios con
ella hasta que se convierta en carne y hueso en ti, que
forme parte de ti.
Si queres convencer a los demás inmediatamente, la perderás.
Sea cual fuese tú deseo de compartir tus descubrimientos, empieza guardando para ti ciertas verdades espirituales.
Vive con ellas, hazlas tuyas con el fin de que te instruyan, te apoyen y te ayuden a triunfar de las pruebas que deberás atravesar.
En este momento, no sólo no te dejarán nunca, sino que el día en el que hables a los demás de las
mismas, lo harás con una convicción tal, un tal acento de autenticidad, que conseguirás que las acepten. "
Omraam Mikhaël Aïvanhov