Uno de los más grandes trucos que el Oponente aplica en nosotros es hacernos pensar que queremos todo
de gratis. Por el contrario, la satisfacción duradera no viene del resultado. Viene a partir de vencer un
desafío y merecer un logro.
Nadie quiere una medalla de oro si no ha competido y ganado contra el mejor.
Nada de valor viene a nosotros en una bandeja de plata. Cuando vencemos y cambiamos, merecemos,
¡Y con ello experimentamos la energía celestial de la Luz!