"No se sabe hasta qué punto los adolescentes de nuestra época son víctimas de la cultura en la que están inmersos, de las películas que ven, los libros y los periódicos que leen, las conversaciones, los discursos, y sobre todo, de la música que escuchan. Se forman, se esculpen, se impregnan de teorías insensatas y peligrosas de escritores, pensadores, cineastas, músicos que no tienen conciencia alguna de su responsabilidad.
Estas personas son adultos y nunca han reflexionado hasta qué punto la palabra, la escritura, el sonido o la imagen son poderosos y pueden alterar, desequilibrar al público, y sobre todo a la juventud que es tanto más vulnerable.
Si la juventud actual se rebela, o si se deja llevar por toda clase de excesos y de prácticas peligrosas para su salud y su equilibrio psíquico, es culpa de los adultos. En lugar de reflexionar en los mejores métodos para educarla, guiarla, vuelcan en ella todas sus elucubraciones.
Y después se sorprenden por su comportamiento. No deberían sorprenderse. Si son honestos, solamente les queda una cosa por hacer: verse en los jóvenes como en un espejo y decirse: «somos nosotros que hemos hecho de estos niños lo que son»… aceptar la lección, y corregir su orientación. " Omraam Mikhaël Aïvanhov
|