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De todo conocimiento humano, el que tiene mayor
valor, es conocer la vida de Jesús y como la vivió.
Libro de Urantia. Pág.2090
En estos tiempos en que abundan los iluminados, los contactados, los Cristos y tantos otros, es muy bueno detenernos a pensar y recordar quien es Jesús de Nazaret y cual fue su misión entre nosotros, porque El fue mucho más que un profeta, un Melquisedec más, o cualquiera sea el nombre que se le quiera dar, porque "en la experiencia de descender de Dios al hombre, Micael estaba experimentando correlativamente el ascenso de la parcialidad de la manifestación, a la supremacía de la acción finita y a la finalidad de la liberación de su potencial para la función absonita. Micael, un Hijo Creador, es un creador espacio temporal, pero Micael, un Hijo Mayor séptuple, es un miembro de uno de los cuerpos divinos que constituyen la Trinidad Última.1318" Para llegar a este destino, fue preciso que hubuiesen seis autootorgamientos anteriores, por eso no deja de llamar la atención con la liviandad que algunos pretenden ponerse a su misma altura.
Jesús vino a Urantia para enseñarnos a conocer a nuestro Padre, porque hasta entonces Dios era conocido como una divinidad selectiva y justiciera que reclama de sus súbditos una adoración propia de un rey y un respeto que producía temor y lejanía. "los judíos habían contemplado desde hacía mucho tiempo el advenimiento del reino de Dios. Por éstas y otras razones, el Maestro consideró más conveniente designar la hermandad espiritual del hombre con el nombre de el reino del cielo, y la cabeza espiritual de esta hermandad como el Padre en el cielo. Jesús no se refirió jamás a su Padre como el rey. Jesús nunca dio a sus apóstoles una lección sistemática sobre la personalidad y los atributos del Padre en el cielo. Nunca pidió a los hombres que creyeran en su Padre; dio por hecho que así lo hacían. Jesús nunca se empequeñeció profiriendo pruebas de la realidad del Padre. Sus enseñanzas sobre el Padre se centraban todas en la declaración de que él y el Padre son uno; que el que ha visto al Hijo, ha visto al Padre; que el Padre, como el Hijo, conoce todas las cosas; que sólo el Hijo realmente conoce al Padre, y aquél a quien el Hijo se lo revela; que el que conoce al Hijo también conoce al Padre; y que el Padre lo envió al mundo para revelar sus naturalezas combinadas y para mostrar su trabajo conjunto. Nunca hizo otras declaraciones sobre su Padre, excepto a la mujer de Samaria junto al pozo de Jacob, cuando declaró: «Dios es espíritu».1854
Jesús no necesitaba andar proclamado que él era el Hijo de Dios, porque su ejemplo de vida hablaba de su relación con el Padre, porque "la verdadera religión consiste en conocer a Dios como a tu Padre y al hombre como a tu hermano. La religión no es la creencia esclavizadora en las amenazas de castigo, ni las promesas mágicas de premios místicos futuros. La religión de Jesús es la influencia más dinámica que haya activado jamás a la raza humana, pues destruyó la tradición, derrumbó el dogma e invitó a la humanidad al logro de sus ideales más elevados en el tiempo y en la eternidad, que es ser perfectos, así como el Padre en los cielos es perfecto.1091"
Esta invitación que pareciera ser una utopía para los seres mortales, no lo es cuando tratamos de acercarnos a Dios con la confianza que un niño tiene con su padre, porque "la naturaleza de Dios puede estudiarse en una revelación de ideas supremas, el carácter divino puede considerarse como una representación de ideales excelsos, pero la más esclarecedora y espiritualmente edificante de todas las revelaciones de la naturaleza divina, ha de hallarse en la comprensión de la vida religiosa de Jesús de Nazaret, tanto antes como después de que alcanzara plena conciencia de la divinidad. Si la vida encarnada de Micael se toma como antecedente de la revelación de Dios al hombre, podemos intentar poner en símbolos verbales humanos, ciertas ideas e ideales respecto a la naturaleza divina, que acaso pueden contribuir a una mayor iluminación y unificación del concepto humano de la naturaleza y el carácter de la personalidad del Padre Universal.33"
"Jesús bien sabía que Dios tan sólo puede ser conocido por las realidades de la experiencia; no se lo puede comprender nunca por la sola enseñanza de la mente. Jesús enseñó a sus apóstoles que, aunque jamás podrían comprender completamente a Dios, con certeza podían conocerle, aun como habían conocido al Hijo del Hombre. Podéis conocer a Dios, no tanto entendiendo lo que dijo Jesús, sino más bien conociendo lo que fue Jesús. Jesús fue una revelación de Dios.1854" El puso al alcance de la comprensión humana el concepto de Dios como Padre, derrotando así todas las barreras que nos impedían, llegar al gún día a través del tiempo y del espacio, a ser como El, porque "aprendéis de Dios a través de Jesús, observando la divinidad de su vida, no dependiendo de sus enseñanzas. De la vida del Maestro cada uno de vosotros puede asimilar ese concepto de Dios, que representa la medida de vuestra capacidad para percibir las realidades espiritual y divina, las verdades real y eterna. El finito jamás puede esperar comprender al Infinito, excepto en cuanto estuvo el Infinito enfocado en la personalidad espacio-temporal de la experiencia finita de la vida humana de Jesús de Nazaret.1854"
Cuando Pedro y los apóstoles reconocieron que Jesús era mucho más que el Mesías esperado por los judíos y que era el Hijo de Dios, Jesús les dijo: "sois mis embajadores elegidos, pero sé que, en estas circunstancias, no podéis basar esta creencia en un simple conocimiento humano. Ésta es una revelación del espíritu de mi Padre a vuestra alma más íntima. Así pues, al hacer vosotros esta confesión por el entendimiento del espíritu de mi Padre que reside en vosotros, me veo llevado a declarar que sobre estos cimientos construiré yo la hermandad del reino del cielo. Sobre esta roca de realidad espiritual, construiré el templo viviente de la hermandad espiritual en las realidades eternas del reino de mi Padre. Ninguna fuerza del mal, ninguna hueste del pecado podrá prevalecer contra esta fraternidad humana del espíritu divino. Aunque el espíritu de mi Padre por siempre será la guía divina y el mentor de todos los que abrazan el vínculo de la hermandad espiritual, a vosotros y a vuestros sucesores entrego yo ahora las llaves del reino exterior y la autoridad sobre las cosas temporales, las características sociales y económicas de esta asociación de hombres y mujeres, como hermanos en el reino». Nuevamente les ordenó que por el momento, no dijeran a ningún hombre que él era el Hijo de Dios.1748" porque "aún no podemos proclamar abiertamente que el Hijo del Hombre es el Hijo de Dios, pero esto ya os ha sido revelado; por eso os hablo audazmente en cuanto a estos misterios. Aunque estoy ante vosotros en esta presencia física, he venido de Dios el Padre. Antes de que Abraham fuese, yo soy. Yo he venido del Padre a este mundo así como me habéis conocido, y os declaro que pronto debo partir de este mundo y retornar a la obra de mi Padre.1750"
Nosotros somos los depositarios de esta verdad y debemos ser fieles a ella, porque si creemos realmente que Jesús de Nazaret es el Hijo de Dios, tendremos en nosotros una fuerza inigualable para esparcir la enseñanza porque Jesús antes de retornar a la casa de su Padre, nos dejó el Espíritu residente que desde el dia de Pentecostés habita en cada ser humano y junto a El "ninguna fuerza del mal, ninguna hueste del pecado, podrá prevalecer contra esta fraternidad humana del espíritu divino, por éso "no os desaneméis, la evolución humana sigue progresando y la revelación de Dios al mundo, en Jesús y por Jesús no fracasará. 2097"
Yolanda Silva Solano
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