"Puedes dar todos los medicamentos que quieras a un cadáver, no se levantará ya que ha perdido la vida. Entonces, está claro, sea cual fuese la eficacia de un medicamento, para aquel que no tiene la vida, no le servirá de nada. Es la vida la que cuenta.
Así pues, debes ocuparte de la vida: purificarla, reforzarla, con el fin que circule libremente en todo tu organismo. Sólo con esta condición los medicamentos pueden ser eficaces. Si las diferentes funciones de tu organismo funcionan al ralentí, los medicamentos no podrán ayudarte, e incluso peor, sólo servirán para obstruir tus circuitos.
¡Cuántas personas viven de cualquier manera sin preocuparse de su salud! Piensan que si enferman, les bastará con tomar medicamentos. Pues no, los medicamentos sólo son verdaderamente eficaces cuando, mediante una conducta razonable, se ha sabido ya preservar la vida en uno mismo. "
Omraam Mikhaël Aïvanhov |