"Hay tres visiones sobre la vida
sobre los que podemos enfocar
la atención y la energía
de nuestras mentes.
Son elecciones posibles
y cada una trae sus condiciones particulares
que nos limitan o nos permiten liberarnos.
1. Podemos asumirla
como desolados y deprimidos visitantes de cementerios:
regresamos rutinariamente
a contemplar tumbas
y a evocar historias de nuestra memoria
sobre seres, eventos y cosas
que ya no están
y adoptamos nuestras poses y gestos de pesar
cada vez que repetimos los rituales funerarios correspondientes.
2. Podemos recopilar lo pasado
como asistentes habituales a museos:
allí contemplamos con admiración o frustración
figuras, evidencias conservadas y escenas
que nos han asombrado o subyugado
y que son valiosas para nostros
y damos rienda suelta a nuestra persistente nostalgia.
o...
3. Podemos integrarnos a la vida
asumiéndola como un parque de atracciones
donde los seres vivos nos expresamos
y recogemos nuestras impresiones,
como un presente
que tiene sentido mientras nuestros sentidos
y nuestra mente lo perciben
con todo su color, sus sonidos, sus olores, sus sabores
y la contextura de todas sus superficies,
como realidad evanescente
que cambia a medida que la captamos
y que no podemos contener.
Participamos en su coreografía
y en su evolución
y la vemos como un escenario
donde todas las representaciones
y los movimientos son fortuitos
con la carga de nuestros dramas,
nuestras comedias y nuestras tragedías
en las que solo podemos actuar
y donde debemos apropiarnos de los papeles
que hemos escogido.
Y todo lo que ocurre,
cualquiera que sea el enfoque que elijamos
inevitablemente pasa
e implacablemente debe ser experimentado
aunque lo rechacemos
y aunque nos resistamos
a trascenderlo.
Hugo Betancur [Colombia