Jesús al autootorgarse no lo hizo para un pueblo, ni para una nación, con propiedad pudo decir: "Todos los hombres son mis hermanos. Mi Padre celestial no desprecia a ninguna de las criaturas que hemos hecho. El reino de los cielos está abierto a todos los hombres y a todas las mujeres. Nadie puede cerrar la puerta de la misericordia en la cara de una alma hambrienta que está intentando entrar. Nos sentaremos a comer con todos los que deseen oír hablar del reino. Cuando nuestro Padre celestial contempla a los hombres desde arriba, todos son iguales. Así pues, no os neguéis a partir el pan con un fariseo o un pecador, con un saduceo o un publicano, con un romano o un judío, con un rico o un pobre, con un hombre libre o un esclavo. La puerta del reino está abierta de par en par para todos los que deseen conocer la verdad y encontrar a Dios. 1541

 

Cuantas guerras y cuantas discusiones estériles se podrían evitar si las palabras de Jesús no hubiesen sido trastocadas según nuestras preferencias y juicios erróneos, olvidando que "Jesús se esforzó por aclarar a sus apóstoles la diferencia entre sus enseñanzas y su vida entre ellos, y las enseñanzas que podrían surgir posteriormente acerca de él. Jesús les dijo: "Mi reino y el evangelio relacionado con él, serán lo esencial de vuestro mensaje. No os desviéis del tema predicando sobre mí y sobre mis enseñanzas. Proclamad el evangelio del reino y describid mi revelación del Padre celestial, pero no os extraviéis por las sendas descarriadas de crear leyendas y de construir un culto que tengan relación con creencias y enseñanzas acerca de mis creencias y enseñanzas. 1543

 

Jesús, al revés de muchos de sus actuales seguidores, no buscaba el poder ni su reconocimiento personal, sólo le preocupaba que los hombres conocieran mejor a su Padre por la nueva senda de la fe y el amor. "Siempre su exhortación a los apóstoles fue: buscad a los pecadores, encontrad a los afligidos y consolad a los ansiosos. 1543 Sin embargo, a lo largo de todos estos siglos, nosotros no hemos aprendido la lección y seguimos haciendo diferencias de castas y religiones y estamos siempre prontos a juzgar y a castigar a las minorías, sin ni siquiera detenernos a pensar en el por qué de su condición.

En cambio Jesús, "tenía un profundo respeto y una compasiva consideración por todos los seres humanos con quienes se encontraba ya fuesen hombres, mujeres o niños. Se detenía a la mitad de un profundo discurso para salir a la carretera y decirle unas palabras de aliento a una mujer que pasaba cargada con el peso de su cuerpo y de su alma. Interrumpía una importante conferencia con sus apóstoles para fraternizar con un niño inoportuno. Nada parecía nunca tan importante para Jesús como el ser humano individual que se encontraba por casualidad en su presencia inmediata. Era maestro e instructor, pero era aún más, era también un amigo y un vecino, un compañero comprensivo. 1546

Pero su amor y comprensión no era en modo alguno permisiva ante el mal o las malas prácticas, el reprochó a los fariseos que "cuelan el mosquito y se tragan el camello.1736   "Jesús puso en guardia a sus apóstoles contra la tontería del hijo de Dios que cree poder aprovecharse del amor del Padre. Declaró que el Padre celestial no es un padre tontamente indulgente, condescendiente y débil, siempre listo a condonar el pecado y perdonar la imprudencia. Advirtió a sus oyentes que no aplicaran erróneamente sus descripciones explicativas de la relación entre el padre y el hijo; que no interpretaran a Dios como uno de esos padres excesivamente condescendientes y poco sabios que conspiran con los tontos de la tierra para ocultar la ruina moral de sus hijos imprudentes, y que de esta manera en forma cierta y directa contribuyen a la delincuencia y a la desmoralización temprana de sus propios vástagos. 1653

Al igual que nuestro Maestro nosotros debemos tratar de respetar y comprender a todos los seres humanos, pero sin que ello nos impida el denunciar los errores y las desviaciones que se puedan hacer de sus Enseñanzas, porque muchas veces el silencio se convierte en cómplice y aliado del mal.  por éso, "debéis en verdad ser tiernos en vuestro trato con los mortales que yerran, pacientes en vuestras relaciones con los ignorantes, serenos cuando os provoquen, pero también debéis ser valientes en la defensa de la rectitud, poderosos en la promulgación de la verdad y enérgicos en la predicación de este evangelio del reino. 1931

yolanda silva solano