4. LAS CRIATURAS VOLITIVAS EVOLUCIONARIAS
Existen grandes diferencias entre los mortales de los distintos mundos, aun entre aquellos que pertenecen a los mismos tipos intelectuales y físicos, pero todos los mortales de dignidad volitiva son animales erectos, bípedos.
Existen seis razas evolucionarias básicas: tres primarias —roja, amarilla y azul; y tres secundarias —anaranjada, verde e índiga. La mayoría de los mundos habitados tienen todas estas razas, pero muchos de los planetas de tres cerebros cobijan tan sólo los tres tipos primarios. Algunos sistemas locales tan sólo tienen estas tres razas.
La dote de sensación física especial promedio de los seres humanos es de doce sentidos, aunque los sentidos especiales de los mortales con tres cerebros son ampliados ligeramente más allá de aquellos de los tipos con uno y dos cerebros; pues pueden ver y oír considerablemente más que las razas de Urantia.
La progenie generalmente nace de a uno, siendo los nacimientos múltiples una excepción, y la vida familiar es bastante uniforme en todos los tipos de planetas. La igualdad entre los sexos prevalece en todos los mundos avanzados; los hombres y las mujeres son iguales en dote mental y estado espiritual. No consideramos que un planeta haya salido de la barbarie hasta tanto un sexo siga intentando tiranizar al otro. Esta característica de la experiencia de la criatura siempre mejora grandemente después de la llegada de un Hijo e Hija Material.
Las variaciones de estaciones y temperaturas ocurren en todos los planetas iluminados y calentados por el sol. La agricultura es universal en todos los mundos atmosféricos; la labranza de la tierra es la actividad común a las razas en avance de todos estos planetas.
En sus etapas primitivas, los mortales tienen todos las mismas luchas generales con los enemigos microscópicos tal como las que experimentáis ahora en Urantia, aunque tal vez no tan extensamente. La longitud de la vida varía en los distintos planetas desde veinticinco años en los mundos primitivos hasta cerca de quinientos años en las esferas más avanzadas y más antiguas.
Los seres humanos son todos gregarios, tanto en un sentido tribal como en un sentido racial. Estas segregaciones de grupos son inherentes a su origen y constitución. Dichas tendencias pueden modificarse tan sólo con el avance de la civilización y por una espiritualización gradual. Los problemas sociales, económicos y gubernamentales de los mundos habitados varían de acuerdo con la edad de los planetas y con el grado en el cual les han influido las estadías sucesivas de los Hijos divinos.
La mente es la dote del Espíritu Infinito y funciona de la misma manera en los distintos medios ambientes. La mente de los mortales es similar a pesar de las diferencias estructurales y químicas que caracterizan las naturalezas físicas de las criaturas volitivas de los sistemas locales. Sean cuales fueran las diferencias personales o físicas planetarias, la vida mental de todas estas distintas órdenes de mortales es muy similar, y sus carreras inmediatas después de la muerte son muy parecidas.
Pero la mente mortal sin el espíritu inmortal no puede sobrevivir. La mente del hombre es mortal; sólo el espíritu otorgado es inmortal. La supervivencia depende de la espiritualización por el ministerio del Ajustador —del nacimiento y evolución del alma inmortal; por lo menos, no debe haberse desarrollado un antagonismo hacia la misión del Ajustador, la cual consiste en efectuar la transformación espiritual de la mente material.