Hace unas décadas, uno de los argumentos que usaban los llamados ateos para no creer en Dios, era que ellos creían en lo que podían ver. La ciencia ha echado por tierra este argumento, porque ha quedado demostrado que los seres humanos estamos rodeados de organismos que no podemos ver, pero que sí conocemos sus efectos, como por ejemplo el electrón, que es un tipo de partícula subatómica que es considerada fundamental, porque no puede ser dividida en constituyentes más pequeños. Esta afirmación que hasta hace unos meses tenía vigencia, ahora ya no la tiene, pues recientemente físicos suizos y alemanes han demostrado como lo muestra la imagen, que el electron si puede dividirse en dos partes, pero que las partes resultantes no pueden escapar de la materia en la que se producen.
El electrón, es un tipo de partícula elemental de carga negativa, que forma parte de la familia de los leptones y junto con los protones y los neutrones forma parte de los átomos y las moléculas. Todos estos términos, poco conocidos para el común de las personas, están íntimamente unidos a nuestra vida cotidiana y por eso es bueno el tomar conciencia de ellos. La corriente eléctrica que suministra energía a nuestros hogares, está originada en los electrones en movimiento. El tubo de rayos de un televisor, se basa en un haz de electrones en el vacío desviado mediante campos magnéticos que impacta en una pantalla fluorescente. Los transistores cada vez más pequeños que hoy tenemos también tienen que ver con los electrones.
La verdad es que los electrones, intervienen en una gran variedad de fenómenos físicos y químicos que no hubiesen sido posible ser descubiertos, si no fuese porque cada científico está provisto de ese maravilloso don dado por nuestro Padre que es la mente, porque si bien es cierto que somos un Todo, la individualidad juega un rol muy importante porque es “el científico y no la ciencia, quien percibe la realidad de un universo de energía y materia en evolución y avance, y esto lo consigue pensando, seleccionando, combinando y discriminando lo que observa en el universo. 2080
Cada nuevo descubrimiento de la ciencia, cada nuevo conocimiento nos debería acercar más a Dios y a su omnipotencia, porque ellos nos están demostrando que “el Padre universal no se ha retirado de la administración de los universos, él no es una Deidad inactiva. El alcance divino se extiende alrededor de los círculos de la eternidad porque al universo no se le da cuerda como a un reloj que anda por tiempo determinado y luego cesa de funcionar, en el universo todas las cosas están constantemente renovadas. El Padre incesantemente derrama energía, luz y vida. La obra de Dios es tan literal como espiritual, él extiende el norte sobre el espacio vacío y suspende la tierra sobre la nada. 55
Los científicos no hacen sino poner en palabras, lo que ya existía desde siempre en la mente de Dios, pues “la curiosidad, el espíritu de investigación, el instinto de descubrimiento, el impulso a la exploración, es parte de la dote innata y divina de las criaturas evolutivas del espacio” 160. Estos impulsos naturales no nos fueron entregados para ser ignorados o reprimidos sino para ser utilizados por nuestro cerebro, porque cada esfuerzo que hagamos por descubrir o simplemente por comprender algo nuevo, estamos haciendo trabajar a nuestro cerebro y dándole mayor capacidad de comprensión, porque él como cualquier otro músculo, si no se usa se atrofia.
No podemos dejarnos llevar por la prisa del momento, no podemos vivir como pajaritos que desconocen lo que pasa en nuestro alrededor, porque somos responsables de este planeta que se nos ha dado para evolucionar, por tanto debemos ser partícipes de lo que en él ocurre, pues “la civilización no puede florecer y menos establecerse, hasta que el hombre tenga tiempo libre para pensar, planear, imaginar nuevas y mejores maneras de hacer las cosas. 902 Porque tanto para el planeta como para nosotros, la verdadera evolución nace de los cambios, pues "no es tanto lo que aprendes en esta primera vida lo que importa, sino es la experiencia de vivir esta vida es lo que trasciende.435"
Si el ser humano, tiene su conciencia en sintonía con su Creador, nada debe temer de los adelantos y nuevos descubrimientos de la ciencia, porque su conciencia de hijo de Dios, lo llevará siempre a emplear dichos conocimientos en la forma necesaria y correcta para la evolución humana y estará atento a la vibración que emiten sus pensamientos, porque dependiendo de la calidad de ellos serán un aporte o una contaminación para el desarrollo cósmico del planeta, porque es cierto que "cuando un electrón vibra, el Universo entero se estremece. 647
yolanda silva solano
|