Rav Áshlag, el fundador del Centro y autor del comentario del Sulam y la traducción del Zóhar, habla mucho sobre la Redención Final y sobre cómo nuestro mundo se transformará en un lugar mejor. Él sabía y enseñaba que esta transformación podía llegar en cualquier momento. Pero también tenía un plan B. Él sabía que si la Redención Final no llegaba en su día, quería al menos crear un camino hacia esa redención. Escribió Las Diez Emanaciones Luminosas, el comentario del Sulam y otras innumerables obras, todo para asegurar la existencia de un camino hacia esta redención.
Rav Brandwein, su estudiante, hizo lo mismo. Él sabía que se podía crear una nueva realidad en cualquier momento. Sin embargo, empezó una traducción del Tikunei HaZóhar y comenzó a llevar la Kabbalah a los profanos en la materia, a los obreros y a todos aquellos que no eran eruditos. El Plan A era la Redención, pero él también tenía un Plan B.
Todos y cada uno de nosotros necesitamos trazar un Plan A y un Plan B para nosotros mismos. Por una parte, si mañana se produce una finalización total del dolor y el sufrimiento, mi plan no habrá servido de nada. Pero si no ocurre mañana, ¿cómo me veo a mí mismo dentro de 10, 20 ó 40 años?
La primera pregunta es: ¿me veo a mí mismo como un padre o madre, abuelo o abuela, o incluso bisabuelo o bisabuela en este camino de la espiritualidad? ¿Estudiarán también mis hijos y mis nietos esta sabiduría? ¿Vemos ese camino? ¿O estamos tan frustrados con nuestro camino actual que no logramos ver tan allá en el tiempo? ¿Hay barreras en nuestras vidas ahora mismo que no nos dejan vernos a nosotros mismos llegando al final del camino?
El camino ya ha sido trazado para nosotros. Rav Áshlag tradujo el Zóhar para que tú y yo pudiéramos estudiarlo. Ran Brandwein lo llevó a la gente común. Hace cuarenta años, mis padres, el Rav y Karen Berg, lucharon para llevar esta sabiduría tanto a los hombres como a las mujeres de cualquier procedencia. El Centro de Kabbalah está ahora trabajando duro para llevar esta sabiduría a todos los rincones del mundo. Estamos entrenando a profesores en todas las lenguas y podemos incluso afirmar que la Kabbalah ha llegado al Círculo Polar Ártico.
Pero tú y yo como individuos necesitamos poder ver nuestro camino hasta el final; quizá no hasta llegar a esa realidad que los kabbalistas llaman inmortalidad, pero si el tiempo va en esta dirección, ¿nos vemos a nosotros mismos en este camino? Esta es una elección que debemos hacer. La sabiduría, los libros y las enseñanzas todavía estarán disponibles. Tendrás hijos y nietos. Con todas las limitaciones, con todas las expectativas de lo que queremos en la vida, ¿podemos vernos en este camino para siempre?
Si no es así, esta semana te reto a que averigües por qué y trabajes en ello; o que descubras una alternativa:
¿Nos vemos formando parte de esto a lo largo de las generaciones que están por venir? Si vemos algunas dificultades, debemos encararlas y resolverlas.