juventud. Sí, la juventud espera, y si no ve rápidamente llegar
lo que espera, se impacienta. La vejez, ella, no espera gran
cosa, pero ha aprendido a soportar pacientemente.
En realidad, es necesario que la paciencia y la esperanza se
encuentren. La paciencia apoya a la esperanza. Y cuando la
paciencia está ahí, la esperanza no puede estar lejos: si no se
espera nada, si no hay nada que esperar, ¿cómo y por qué ser
paciente? Pero cuando paciencia y esperanza caminan juntas, año
tras año, el futuro se abre ampliamente. "