"Abrir y cerrar puertas, ¿has reflexionado sobre la importancia de este gesto? ¿Sabes cuándo abrir una puerta y cuándo cerrarla? Evidentemente, en la vida cotidiana lo sabes: lo haces todo el día para entrar y salir, o para hacer entrar y salir a aquellos que acoges en tu casa. Pero las puertas de las que yo te hablo, son aquellas que tenemos en nosotros mismos. Son estas puertas que es preciso aprender a abrir o a cerrar: abrirlas cuando queremos alcanzar las regiones celestiales o permitir a los ángeles de entrar en nosotros, y cerrarlas para impedir que penetren los espíritus tenebrosos, para preservar nuestras riquezas espirituales.
Las puertas existen en nosotros bajo toda clase de formas. Ya en nuestro cuerpo físico poseemos doce: los dos ojos, las dos orejas, los dos orificios nasales, la boca, los dos senos, el ombligo y más abajo aún dos puertas más. Estas puertas nos ponen en comunicación con el mundo físico que nos rodea; pero lo que no se sabe, es que ellas también tienen por función ponernos en comunicación con el mundo psíquico y el mundo espiritual. Así pues, he aquí un amplio campo a estudiar: cuándo y cómo abrir o cerrar estas puertas…"
Omraam Mikhaël Aïvanhov
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