Jesús, cuando confortaba a las mentes hambrientas y ayudaba a las almas, los que recibían su misericordia no tenían el sentimiento de estar confesándose, sino más bien de estar conversando con él. Tenían una confianza ilimitada porque veían que él tenía también mucha fe en ellos.
El Libro de Urantia. Pág.1415
Esta cita es digna de leerse despacito porque nos demuestra el tino y la sutileza con que Jesús se acercaba a la gente, no apabullaba a nadie con su sabiduría, tampoco condenaba a nadie, si siquiera a la mujer adúltera o a la Magdalena. "Ni siquiera denunció con vehemencia a los fariseos, como lo hizo Juan 1582 porque comprendía que "en verdad los hombres son malos por naturaleza, pero no necesariamente son pecadores 1660 porque El "condena el pecado pero no a quien lo comete" porque "no hay pecado auténtico a menos que haya deslealtad consciente y continua hacia la Deidad. 984
Jesús era "un maestro positivo de la virtud, evitaba cuidadosamente el método negativo de impartir instrucción, se negaba a publicar el mal. No era ni siquiera un reformador moral, pues bien sabía y así enseñó a sus discípulos que los impulsos sensuales de la humanidad, no se reprimen mediante el reproche religioso, ni las prohibiciones legales.1582 "La gente no sentía estar confesándose con él sino conversando" eso mismo es lo que debemos sentir nosotros cada vez que nos acercamos a Jesús, conversar es tan diferente a sentir el remordimiento de la culpa o el ansia de la súplica... Cuando conversamos con un amigo no buscamos las estridencias ni las cosas rebuscadas, simplemente decimos lo que sentimos con sencillez, es así como debe ser nuestro trato con Jesús y con nuestro Padre.
"Cuando estudiéis la vida del Maestro, buscad no tanto lo que él enseñó sino como lo hizo. El no oraba porque fuera un deber religioso, sino que la oración era una expresión sincera de gratitud, una prevención de los conflictos y las tensiones emocionales, un enriquecimiento de los pensamientos, la proclamación de un descubrimiento, una afirmación de confianza, una técnica para aprender de las dificultades el ajuste entre el alma y las tendencias humanas. El secreto de la religión de Jesús fue la conciencia de la presencia de Dios y la alcanzó no por medio de augurios, voces, visiones, apariciones o prácticas religiosas extraordinarias. 2089
¡Tenemos tanto que aprender de Jesús! la gente confiaba en él porque sentían su amor y su comprensión, El hacía realidad "el que quiera tener amigos debe mostrarse amistoso...1439 Tal vez ser amistosos es lo que más nos falta, para que nuestra espiritualidad se convierta en algo vivo. Ser amistosos no sólo en nuestro trato con nuestros hermanos, sino también en nuestro trato íntimo con Jesús y con nuestro Padre, porque "no es tan importante que conozcáis el hecho de Dios como que crezcáis cada vez más en la habilidad de sentir la presencia de Dios.1733
yolanda silva solano