Buen año, ¡feliz año nuevo! En este primer día, te sientes
lleno de esperanza. Te dices: «No he obtenido lo que deseaba
en el transcurso del año que acaba de finalizar, pero ahora, con
el año nuevo, lo conseguiré.» Cada año nuevo aporta la
esperanza incluso a los más desheredados. En el fondo, no
estás del todo convencidos de ello, sin embargo, siempre te
queda un poco de esperanza. Con cada nuevo año la esperanza
renace: no puedes dejar de pensar que alguna cosa mejorará para
tí, que una puerta se te abrirá.
Dirás: «¿Y si nada mejora?, ¿y si no se abre ninguna
puerta?» Una puerta al menos se abrirá si piensas que también
tienes algo que hacer para contribuir. ¿Cómo? Proyectándote a
través del pensamiento en algunas situaciones de tu vida, e
imaginando que actúas con justicia, sabiduría y amor. Trabajando
de esta forma, ya preparas tu futuro. Si eres sincero,
perseverante, influenciarás las fuerzas de la naturaleza y las
entidades luminosas del mundo invisible vendrán para contribuir
a la realización de tus buenos deseos. "
Omraam Mikhaël Aïvanhov