Muchos caminos religiosos enseñan a los niños a escoger la separación por encima de la unidad. Por ejemplo:
algunos enseñan que ellos son los elegidos, algunos creen que el único camino a Dios es el de ellos, y algunos
piensan que sólo a través de ellos vendrá la redención.
Desafortunadamente, esta manera de pensar puede colarse hacia otras áreas de nuestras vidas. Cuando alguien
no concuerda con nosotros, a veces intentamos herir sus sentimientos, o probar que nosotros estamos en lo
correcto y que sabemos más.
El que alguien tenga un camino diferente, no hace que el nuestro sea correcto. Ni siquiera nos hace mejores.
Los milagros ocurren cuando escogemos trabajar juntos.