Dios te regala:
el amor, para que todo lo llene en tu vida,
para que sea sazonado cada detalle,
actitud y acción con ese toque especial.
El gozo, para que sea tu fortaleza;
para enfrentar la vida con optimismo
fortalecido en Dios.
La paz que aunque no la puedas entender
sea la calma en medio de la prueba,
del problema, del reto.
La paciencia para tener la mejor
actitud en medio del conflicto,
para esperar la respuesta a tus peticiones,
para soportar a los amigos o enemigos revoltosos y para alcanzar todas tus metas
en tus buenos propósitos.
La amabilidad, para tratar con delicadeza
y cortesía a los demás,
para no engañar, ni hacer acepción de personas,
para hablar con prudencia;
La bondad para que así como Dios
te regala sus misericordias cada día
te acuerdes de extender tu mano al necesitado;
La fe, para agradar a Dios,
para permanecer en la brecha,
para confiar en Su obra en ti,
en los demás y creer que todo es posible;
La humildad, para que presentes todos
tus triunfos y vida entera
delante del trono de Dios como ofrenda
para que no te creas más que los demás,
para ser exaltado por Dios.
El dominio propio para permanecer firme
en integridad y pureza,
para darle la firmeza al amor, al gozo, a la paz,
a la paciencia, a la amabilidad, a la bondad,
a la fe, y a la humildad.