"Desde hace muchos siglos los cristianos repiten después de Jesús: «Padre nuestro, que estás en los cielos, que tu nombre sea santificado, que tu reino venga, que tu voluntad sea hecha aquí en la tierra como en el cielo». ¡Cuántos hombres y mujeres han rezado para la llegada del Reino de Dios! Y no sólo han rezado, sino que también han trabajado consagrando todas sus energías y algunos, como Jesús, han derramado su sangre.
¿Todos estos sacrificios han sido realizados en vano? En algunas regiones del universo existe un depósito que no cesa de llenarse de fuerzas y de corrientes que estos miles de seres sinceros y ardientes, han proyectado en el espacio. Un día, este depósito estará lleno, rebosará, lo arrastrará todo como un maremoto. Es en este depósito en el que debemos pensar para sentirnos siempre sostenidos en nuestro trabajo para la llegada del Reino de Dios en la tierra. " Omraam Mikhaël Aïvanhov
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