Las relaciones importan.
Desde las asociaciones como el matrimonio hasta las interacciones con compañeros de trabajo, nuestras
relaciones nos importan mucho más de lo que creemos.
Piensa en ello. Ya sea nuestro mejor amigo, nuestra suegra, nuestra abuela o nuestro cartero, las relaciones
influyen mucho en determinar nuestra felicidad en un día cualquiera. Cuando nuestras interacciones son
placenteras y pacíficas, somos felices, pero si surge un conflicto o si estamos molestos con alguien puede
ser como si una nube negra colgara sobre nosotros.
El camino espiritual no es uno de subidas y bajadas en el que un día nos sentimos arriba en el cielo y al
siguiente estamos abajo en el basurero. La enseñanza le dice no a las subidas y bajadas a cambio de una
vida de constante evolución. Esto quiere decir que si nuestras relaciones son buenas el día de hoy, existe
una forma de hacer que mañana sean incluso mejores.
La clave para construir lazos más fuertes con aquellos a nuestro alrededor es siempre estar creciendo.
Al involucrarnos en un camino de transformación personal, nos volvemos menos reactivos con nuestras
familias, nos volvemos más tolerantes con nuestros compañeros de trabajo, y nos comprometemos a
mostrar compasión creciente hacia nuestros seres amados y finalmente, hacia la raza humana.
Ves, de hecho tenemos una responsabilidad con las personas en nuestras vidas para desarrollar nuestras
almas, ya que esa es la manera en la que podemos elevar nuestras relaciones hacia niveles completamente
nuevos.
Esta es, de hecho, la forma en que nos volvemos el mejor amigo, el mejor padre, el mejor compañero de
trabajo, el mejor todo que podemos ser.
Nuestras relaciones en la vida pueden ser sólo tan buenas como nosotros lo somos.