Todos nosotros tenemos una voz en nuestra cabeza que nos dice que somos la persona más maravillosa del lugar
o que somos la peor y la más incapaz.
Estas subidas y bajadas extremas son las dos caras de la misma moneda: el ego.
Nuestro ego tratará siempre de convencernos de que somos lo mejor, o lo peor, pero existe un secreto para apagar
el ruido del ego y subir el volumen de nuestra alma:
Silenciamos la voz de la negatividad cuando estamos ocupados haciendo cosas por otros.