Un poderoso ejercicio para despertar nuestra conciencia a lo que es realmente importante es considerar
lo que habrás dejado detrás si hoy fuese tu último día.
Las cosas físicas siempre se deterioran; son las cosas no físicas (la sabiduría, el amor, la energía, la
amistad, etc.) las que dejan un legado perdurable cuando las damos.
¿Qué puedes dar de ti que vivirá para siempre?