La habilidad es lo que heredas, mientras que la pericia es lo que adquieres.
Libro de Urantia. Pág. 1779
¿Quién soy ? es la pregunta más difícil de contestar, porque para hacerlo primero debemos tomar conciencia de que somos "alguién" y el sólo hecho de que nos lo preguntemos es positivo, por algo Sócrates decía que el "Conócete a ti mismo" que está escrito en el templo de Delfos era el comienzo de la sabiduría.
No es fácil saber quienes somos, porque la psicología nos dice que somos básicamente de tres maneras: como nos ven los demás, cómo nosotros creemos que somos y lo más importante y menos conocido ¿cómo Somos realmente.?
Podemos poner silencio en nuestra mente y abriendo la ventana de nuestro ser interior, tratar de hacer una instrospección y preguntarnos con toda sinceridad ¿con qué me identifico? ¿Mi autoestima es baja o alta? ¿Qué limitaciones me auto impongo? ¿Cómo me relaciono con los demás?
Podríamos seguir haciéndonos mil preguntas más, que sin duda nos servirían para nuestro íntimo conocimiento y serían de gran ayuda en nuestro camino evolutivo, porque nos ayudarían a corregir lo deficiente e incorrecto... pero también este conocimiento nos ayudaría a potenciar los dones recibidos, porque "la habilidad es lo que heredas, mientras que la pericia es lo que adquieres.1779
Sin embargo no somos nuestra nacionalidad, ni nuestra profesión, ni nuestra cultura o poder adquisitivo, tampoco la grandeza o fama que podamos alcanzar... pues todo ésto perecerá con nuestra muerte física, sólo podremos llevarnos a los mundos de estancia nuestros momentos conscientes, en donde la intención y la motivación de lo que hemos hecho, haya emanado de lo que realmente hemos podido llegar a Ser, con la ayuda de nuestro Espíritu residente.
Gran parte de las respuestas que podamos dar sobre lo que somos, por muy sinceras que ellas parezcan ser, son sólo verdades momentáneas, porque si " en el estado mortal, nada puede ser probado en forma absoluta, pues tanto la ciencia, como la religión se basan en suposiciones 1129 con cuanta mayor razón nuestros juicios, que son inestables y cambiantes
La única certeza que podemos tener y a la que desgraciadamente le damos menos mportancia en nuestra vida cotidiana es: Soy hijo de Dios porque "el suelo del alma en desarrollo es humano y material, pero el destino de esta criatura combinada de mente y espíritu, es espiritual y divino1738 porque "nuestro Padre no está oculto, ni se encuentra arbitrariamente en reclusión. Él ha movilizado los recursos de la sabiduría divina en un esfuerzo sin fin para revelarse a los hijos de sus dominios universales. Hay una infinita grandeza y una generosidad inefable relacionadas con la majestad de su amor, que lo lleva a anhelar la asociación con todos los seres creados que puedan comprenderlo, amarlo o acercarse a él; y son, por consiguiente, las limitaciones inherentes a ti, inseparables de tu personalidad finita y de tu existencia material, las que determinan el tiempo y el lugar y las circunstancias en que puedes alcanzar la meta del viaje de ascensión mortal y gozar de la presencia del Padre en el centro de todas las cosas. 62
"La mente finita del hombre es incapaz de comprender cómo un Dios tan grande y majestuoso como el Padre Universal puede descender de su morada eterna en perfección infinita, para fraternizar con cada criatura humana, entonces tal intelecto finito debe hallar la certidumbre de la comunión divina en la verdad del hecho de que un fragmento real del Dios viviente reside en el intelecto de cada mortal urantiano de mente normal y moralmente consciente. Los Ajustadores del Pensamiento residentes son parte de la Deidad eterna del Padre Paradisiaco. El hombre no necesita ir más allá de su propia experiencia interior de contemplación del alma de esta presencia de realidad espiritual, para encontrar a Dios e intentar la comunión con él.62
"El gran Dios hace contacto directo con la mente del hombre mortal y le otorga una parte de su ser infinito, eterno e incomprensible para que viva y habite dentro de él. Dios se ha embarcado en la aventura eterna con el hombre. Si cedéis a las fuerzas espirituales que moran dentro y en torno a vosotros no podréis dejar de alcanzar el alto destino establecido por un Dios amoroso como meta universal para sus criaturas ascendentes de los mundos evolutivos del espacio.64
Si los seres humanos tomáramos realmente conciencia de que somos hijos del Padre Universal y que todos los hombres son nuestros hermanos, el destino personal y el de toda Urantia sería muy diferente, porque jamás nos sentiríamos solos ni desamparados, porque tendríamos la certeza que Dios no es una entidad lejana y selectiva a quien hay que temer, sino que es un Padre comprensivo a quien hay que buscar no en los templos de cemento, ni en la soledad del desierto, sino que lo debemos encontrar en nosotros y por nosotros mismos, porque "el gran Dios hace contacto directo con la mente del hombre mortal y le otorga una parte de su ser infinito, eterno e incomprensible para que viva y habite dentro de él. Dios se ha embarcado en la aventura eterna con el hombre. Si cedéis a las fuerzas espirituales que moran dentro y en torno a vosotros no podréis dejar de alcanzar el alto destino establecido por un Dios amoroso como meta universal para sus criaturas ascendentes de los mundos evolutivos del espacio.64
"La naturaleza de Dios puede estudiarse en una revelación de ideas supremas, el carácter divino puede considerarse como una representación de ideales excelsos, pero la más esclarecedora y espiritualmente edificante de todas las revelaciones de la naturaleza divina, ha de hallarse en la comprensión de la vida religiosa de Jesús de Nazaret, tanto antes como después de que alcanzara plena conciencia de la divinidad. Si la vida encarnada de Micael se toma como antecedente de la revelación de Dios al hombre, podemos intentar poner en símbolos verbales humanos ciertas ideas e ideales respecto a la naturaleza divina que acaso pueden contribuir a una mayor iluminación y unificación del concepto humano de la naturaleza y el carácter de la personalidad del Padre Universal 33 y de nuestra filiación.
El Séptimo otorgamiento de Miguel es la mayor prueba de amor que el Padre pudo otorgar a sus criaturas humanas, porque Jesús vino a enseñarnos como llegar a ser perfectos como lo es nuestro Padre, no por medio del sacrificio y la tortura, sino por medio de la regla de oro que no es más que adorar a Dios, pero no con reverencias y rituales, sino por medio de la verdadera adoración que es "la técnica de buscar en el Único, la inspiración para servir a muchos.1616
Cuando nos preguntamos ¿quién soy? y recordamos que somos hijos de Dios, nuestra vida cambia absolutamente, porque nos sentimos una parte muy importante de El y nada de lo que hacemos nos puede parecer indiferente o sin importancia, pues "no hay unas vocaciones que sean santas y otras que sean seculares. Todas las cosas son sagradas en la vida de los que son conducidos por el espíritu; o sea, subordinados a la verdad, ennoblecidos por el amor, dominados por la misericordia, y controlados por la ecuanimidad y la justicia. 1732
Pero no es suficiente decir Padre nuestro, es preciso que demos testimonio de nuestra filiación con nuestras obras en la vida cotidiana, porque es " el Espíritu Supremo quien será testigo con vuestro espíritu de que sois realmente hijos de Dios. Y si sois hijos de Dios, habéis nacido del espíritu de Dios; y el que haya nacido del espíritu, tiene dentro de sí el poder de sobreponerse a toda duda, y ésta es la victoria que se sobrepone a toda incertidumbre, aun vuestra fe. 1601
La pregunta final y más importante no es ¿quién soy? sino ¿estoy actuando cómo un hijo de Dios?
yolanda silva solano