Dar y recibir. No se puede dar si no se ha recibido; y cuando se
ha recibido, hay que ser capaz de dar. Toda la vida está basada
sobre esta clase de movimiento perpetuo: el acto de recibir
engendra naturalmente el de dar; y mientras se da, no hay que
dejar de recibir para poder continuar dando.
¡Hay
tantas cosas que decir sobre el significado y la
importancia de estas dos palabras, recibir y dar! ¿De quién
recibir, de quién dar?... ¿A quién dar y cómo dar? Es
necesario aprender a recibir del Cielo y dar a la tierra. Ello
supone saber adaptarse inmediatamente a las circunstancias y
cambiar de polaridad. Esta cualidad puede denominarse
flexibilidad.
Para ser flexible es necesario permanecer siempre
vigilante, atento, con el fin de atraer solamente las corrientes
que descienden del Cielo hacia la tierra y convertirse en
conductor de las mismas. Todos nuestros órganos, todas nuestras
células deben impregnarse de la importancia de esta misión,
recibir y dar."
Omraam Mikhaël Aïvanhov