¿Cuántas veces has encontrado razones para justificar el que dejes de hacer tu
lista de actividades un día más? Nos decimos a nosotros mismos que esperaremos
a estar más emocionados para abordar nuestros quehaceres, o tal vez mejor
preparados mental y físicamente.
Si esperamos hasta finalmente sentirnos motivados a realizar las acciones que
sabemos que son necesarias para nuestro crecimiento personal, nunca alcanzaremos
todo aquello que estamos destinados a lograr en esta vida ni la plenitud que está
destinada para nosotros.