Lo que vemos es muy poca cosa en comparación con lo que no vemos. Entonces, ¿por qué sólo prestamos atención e importancia a lo que vemos? Lo esencial, empezando por la vida, es siempre invisible. ¿Acaso vemos la vida? No, sólo sus manifestaciones. Tampoco vemos los pensamientos y los sentimientos, pero vemos sus expresiones en los rostros, y sobre todo constatamos las buenas acciones o los crímenes que producen en el mundo. Busca, reflexiona: todo lo que nos rodea nos revela los límites de lo que vemos y la inmensidad de lo que no vemos. |