"Imagina un enorme bloque de piedra: cómo padece la atracción
terrestre, es muy pesado y nadie puede levantarlo. Pero he ahí
que se encuentra el medio de alejarlo suficientemente de la
tierra para que escape a esta atracción: ya no pesa, es ligero,
incluso flota. La conclusión es que, para aquél que ha
aprendido a transportar sus cargas muy alto, más allá del
límite de la atracción terrestre, no sólo ya no pesan, sino
que son ellas quienes lo levantan como un globo, y se eleva, se
eleva…
De este modo, cuando un ser consagra su vida al
servicio delSeñor, a difundir la luz, incluso siendo aplastantes, las cargas
más abrumadoras no le comprimen. La naturaleza de sus
preocupaciones lo arranca, por así decir, de la atracción
terrestre. Al ponerse al servicio del Señor y de los humanos a
los que desea iluminar, en realidad es a él mismo a quien
está sirviendo, su Yo superior. Puesto que su Yo superior vive en el
sol, se encuentra proyectado hacia el sol. Y ahí, en el sol,
¿cuánto pesan las cargas de la tierra? "
Omraam Mikhaël Aïvanhov