Señor, vengo a pedirte que entres en lo más íntimo de mi ser y te hagas presente con tu poder sanador y con tu fuerza liberadora. A veces sufro inútilmente por cosas que no comprendo; brotan en mí tristezas, angustias y sentimientos negativos que no sé de dónde vienen.
Podría disfrutar muchas cosas de la vida y hacer mucho bien, pero esos estados de ánimo me perjudican. Yo no tengo poder para sanar ese mundo escondido dentro de mí, pero tú tienes ese poder. Tú que me creaste de la nada y me regalaste la vida, también puedes curarme.
Sólo tú puedes llegar allí donde nadie puede entrar. Por eso quiero permitirte que penetres en esas profundidades, que penetres con tu fuerza de vida, paz y salud, y que sanes toda enfermedad espiritual, toda raíz de tristeza, de angustia, de soledad, de temor.
Toca, Señor, transforma, cicatriza, acaricia, libera. Realiza esa obra que sólo tú puedes realizar. Confío en ti, Señor, y espero en ti. Amén.
P. Víctor Fernández