Según sus actos, sus sentimientos, sus pensamientos, cada uno se proyecta hacia las tinieblas o hacia la luz. Él mismo es quien se pone en situación de ser recibido en el Reino de Dios o no. Nadie puede decidir por él. Entonces, si sientes que te estás desviando, sabe que sólo depende de ti rencontrar el buen camino.
Y, ¿cómo encontrar el buen camino? Pidiendo a los espíritus de la luz que vengan a habitar en ti. Diles: «Debido a mi ignorancia, he sido el juguete de entidades maléficas y me siento maniatado. Ahora pues, ángeles y arcángeles, vengsn a instalarse en mí; tomen posesión de mis pensamientos, de mis sentimientos, de mis actos, de mis palabras. Guénme, instrúyanme, para que esté totalmente a su servicio.» Ésta es la oración que esperan las entidades celestiales para poder ayudarte. Ven en ti un ser despierto y cantan: «Una alma ha nacido a la luz. A través de ella, podremos manifestar nuestro poder.» La verdadera libertad es convertirse en un instrumento en manos de las entidades celestiales. "
Omraam Mikhaël Aïvanhov
|