Todos los objetos de la naturaleza ejercen perpetuamente una influencia sobre nosotros, incluso la misma tierra que pisamos. Cada tipo de roca o de suelo tiene su propia variedad especial, y las diferencias entre ellos es considerable conque su efecto no debe ignorarse. Tres factores desempeñan un determinado papel en la producción de este efecto: la vida de la roca misma, el tipo de esencia elemental afín a su contraparte astral, y el tipo de espíritu de la naturaleza que atrae.
El punto que debemos tener en mente es que cada clase de suelo, ya sea granito, piedra, cal, arcilla, o lava, ejerce una influencia definida sobre quienes viven en él, una influencia que nunca cesa. De día y de noche, en verano e invierno, un año tras otro, ejerce esa presión de manera constante, y ello es responsable del surgimiento de las razas, las áreas, los tipos humanos, y los individuos.
La ciencia común aún no comprende claramente estos asuntos. Sin embargo, en el futuro, estas influencias se estudiarán ampliamente; los médicos del futuro las tomarán en cuenta y prescribirán un cambio de suelo como mismo hoy día prescriben un cambio de aire a sus pacientes. Un conjunto de influencias enteramente nuevas y definidas entra en juego dondequiera que existe agua, ya sea en la forma de un lago, un río, o el mar, y todos ellos son muy poderosos de maneras distintas, pero poderosos al fin y con resultados observables. Aquí también tenemos que considerar los mismos tres factores: la vida del agua misma, la esencia elemental que la anima, y el tipo de espíritu de la naturaleza que le es afín. (Charles W. Leadbeater)