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La experiencia de conocer a Dios, la conciencia religiosa, no puede ser algo separado de la totalidad de la experiencia humana.
Libro de Urantia. Pág.89
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"Jesús bien sabía que Dios, tan solo puede ser conocido por las realidades de la experiencia, no se lo puede conocer nunca por la sola enseñanza de la mente. Jesús empleó la palabra Dios, para designar la idea de la Deidad y la palabra Padre para designar la experiencia de conocer a Dios. La palabra Dios no puede ser definida y por tanto representa el concepto infinito del Padre, mientras que el término Padre puede ser parcialmente definido, puede ser empleado para representar el concepto humano del Padre divino, como está asociado con el hombre durante el curso de su vida mortal."1856
Jesús dijo: "Nuestro Padre en el Paraíso es inmutable, pero el concepto de su naturaleza se ha ampliado y ha crecido desde los días de Moisés. He venido Yo en la carne para revelar el Padre en nueva gloria y para mostrar su amor y su misericordia para con todos los hombres de los mundos. A medida que el evangelio del reino se derrame sobre el mundo con su mensaje de felicidad y buena voluntad para todos los hombres, se irán desarrollando mejores relaciones entre todas las familias de todas las naciones."1597 porque "la experiencia de la conciencia de Dios permanece idéntica de generación en generación, pero con los adelantos de cada época en conocimiento humano, el concepto filosófico y las definiciones teológicas de Dios deben cambiar. La experiencia de conocer a Dios, la conciencia religiosa, es una realidad universal, pero independientemente de cuán real sea la experiencia religiosa, debe estar dispuesta a someterse a la crítica inteligente y a una interpretación filosófica razonable; no debe tratar de ser una cosa separada de la totalidad de la experiencia humana."69
"Entre vosotros y Dios hay una gran distancia (espacio físico) que debe ser atravesada. También hay una enorme diferencia espiritual que salvar; pero a pesar de todo lo que física y espiritualmente os separa de la presencia personal y paradisiaca de Dios, deteneos y ponderad el hecho solemne de que Dios vive dentro de vosotros; que él, a su manera ya ha salvado tal diferencia. Ha enviado de sí mismo, su espíritu, para que viva en vosotros y trabaje con vosotros en pos de vuestra carrera universal eterna. La adoración, la contemplación de lo espiritual, debe alternar con el servicio, el contacto con la realidad material. El trabajo debe alternar con el esparcimiento, la religión debe ser equilibrada con el buen humor."1616
Gracias a esta Buena Nueva, nuestra condición humana toma otra dimensión, pues si bien es "verdad que vosotros los mortales sois de origen terrestre animal y que vuestro cuerpo es polvo, sin embargo si realmente lo queréis, si verdaderamente lo deseáis, seguramente la herencia de las edades será vuestra y algún día serviréis a lo largo y ancho de los universos en vuestro carácter verdadero de hijos de Dios."1240 Pues "el espíritu divino prepersonal que mora en la mente mortal lleva, en su presencia misma, la prueba válida de su existencia actual, pero sólo puede comprenderse el concepto de la personalidad divina por medio del discernimiento espiritual de experiencia religiosa personal genuina. Toda persona, humana o divina, puede ser conocida y comprendida independientemente de las reacciones externas o de la presencia material de esa persona."30 Por eso, sólo en la medida que comprendemos a los demás y empatizamos con sus vidas, nos acercamos a nuestro Padre divino, estaremos colaborando con el Supremo y haciendo a Urantia un planeta sustentable en donde los fuertes no opriman a los más débiles y el amor fraternal deje de ser una utopía.