Te doy gracias, Señor, porque me diste capacidades y creatividad para hacer cosas.
Te doy gracias porque puedo hacer algo por este mundo. Siempre puedo aportar algo con mis pequeños esfuerzos de cada día y con mi sencilla oración.
Porque me has llamado a ser un instrumento de tu luz, de tu fuerza y de tu amor.
Te ofrezco todos mis trabajos y mis tareas, Señor. Quiero que sean para tu gloria.
Que todo lo bueno que pueda hacer sea para adorarte a ti, mi Señor amado, ya que todo lo he recibido de tu amor inmenso.
Enséñame a convertir cada tarea en un acto de amor y de adoración, para que pueda vivirla con profundidad y gozo. Amén.
Víctor Fernández