Mucha gente cuando está pasando por un buen momento, o está ante un cambio,
o una compra, o un proyecto suele decir: "- No hay que contar nada a
nadie porque si lo haces seguro que se corta..."
Temen a la envidia y a la maldad y la potencializan en sus vidas de manera
tal que se cierran a hacer comentarios sobre lo bueno o positivo de sus vidas.
Entonces de pronto nuestro mejor amigo se casa y no sabiamos nada
sobre ello, o algún conocido se muda y sentimos que no nos participaron de
esa alegría, o tuvo alguien un ascenso y nos sentimos excluidos... Lo malo
de esto es que nosotros no somos quienes vamos a sembrar en esas
vidas semillas de envidia, ni de maldad, al contrario nuestro espíritu se alegra
con lo que le ocurre a otras personas que queremos pero ellos creen que
si hablan, o si comentan lo bueno tal vez se quiebre.
El poder está en nosotros, y nada ni nadie puede quebrar nada en nuestras
vidas, solo pueden hacerlo si les damos ese poder. ¿Y qué significa esto?
Que si creemos que alguien tiene el poder de destruir nuestros
sueños, o nuestros proyectos estamos potencializando aquello a lo que le
tenemos miedo. Y si por una casualidad algo no se da de la manera que
esperábamos creemos que fue el otro el culpable y también nosotros
porque le comentamos qué estaba pasando en nuestra vida.
Entonces nos encontramos hoy en una sociedad que no cree en algunas
cosas pero que se contradice muchas veces en sus acciones.
Y así también vemos cada día menos alegrías en el diario vivir ya que se
opta por esconderla por miedo o temor a que dure poquito, casi nada...
¿Cómo podemos creer que otro ser puede dañarnos mentalmente?
¿Cómo podemos darle poder? ¿No será que somos nosotros los que nos
hacemos daño creyendo que las cosas son así y decretamos
mentalmente lo que va a suceder?
Tratemos de no temer, de creer en nosotros, de dar paso a la alegría sin
temor, sin pensar que algo malo sucederá.
En tus pensamientos está el poder y la fuerza necesaria para ser exitosos.
El éxito depende de cada uno de nosotros y para llegar sólo
necesitamos tener pensamientos claros, limpios y por sobre
todo fe que es lo que nos permite soñar sin poner
obstáculos en nuestro andar por la vida.