Levántate temprano, tan luego como te despiertes, y no te quedes perezosamente en la
cama medio despierto y medio soñando. Después ora fervorosamente por la
regeneración espiritual del género humano, a fin de que cuantos luchan en el sendero de
la verdad reciban positivo y vehemente aliento de tus oraciones, y para que tú te
fortalezcas sin ceder al halago dc los sentidos. Represéntate en la mente la imagen de tu
Maestro Ponla delante de ti con todos sus pormenores; piensa
reverentemente en él, y ruega por el perdón de todos los errores de acción y omisión.
Con esto te será más fácil concentrarte, purificar el corazón y hacer mucho más.
Reflexiona sobre los defectos de tu carácter, descubriendo por completo tus vicios y los
fugaces placeres que te proporcionan, y determínate firmemente a hacer todo cuanto
puedas para no ceder nuevamente a ellos.
Este autoanálisis, que te lleva ante el tribunal de tu propia conciencia, facilitará tu
progreso espiritual en un grado que no podrías imaginar.
Mientras te laves o bañes, ejercita tu voluntad, deseando que las impurezas morales se
eliminen al propio tiempo que las corporales. En tus relaciones con los demás observa
atentamente las reglas siguientes.
1) Nunca hagas nada que no sea de tu deber; esto es, nada innecesario. Antes de hacer
una cosa, reflexiona si debes hacerla.
2) Nunca hables “palabras ociosas”. Antes de pronunciarlas, piensa el efecto que
pueden producir .Nunca quebrantes tus principios de conducta por consideraciones de
amistad.
3) Que nunca ocupen, tu mente vanos o inútiles pensamientos. Esto es más fácil para
dicho que para hecho. No es posible desalojar de golpe la mente. Así, en un principio,
procura evitar los malos u ociosos pensamientos, ocupando tu mente en el examen de
tus faltas o en la contemplación de los seres perfectos.
4) Durante la comida, ejercita tu voluntad, deseando que el alimento te aproveche para
construir un cuerpo en armonía con tus espirituales anhelos, y no engendrar malas
pasiones ni malignos pensamientos. Come únicamente cuando tengas hambre y bebe
cuando tengas sed, y nunca de otro modo. Si algún manjar especial halaga tu paladar,
no cedas a la tentación de comerlo tan sólo para satisfacer el gusto. Acuérdate de que el
placer que de ellos obtengas no existía algunos segundos antes, y cesará de existir
algunos segundos después, porque es un placer transitorio que se invertirá en dolor si te
rindes a la gula.
Advierte que tú no eres el cuerpo ni los sentidos; y por consiguiente no pueden afectarte
realmente los placeres y dolores que el cuerpo goce o padezca. Practica la misma serie
de razonamientos en el caso de cualquier otra tentación; y aunque a menudo fracases,
acabarás por lograr éxito seguro.
No leas mucho. Si lees durante diez minutos,reflexiona durante algunas horas.
Acostúmbrate a la soledad ya permanecer a solas con tus pensamientos.
Asimílate la idea de que nadie sino tú mismo puede ayudarte a
desviar gradualmente tus afectos de todas las cosas.
Antes de entregarte al sueño, ora como hiciste por la mañana. Pasa revista a las obras del día, y echa de ver en qué has
faltado, y resuelve que no volverás a incurrir en la misma falta al día siguiente.
(Tomado de "Ocultismo Práctico" - H.P. Blavatski)