"¿Cuántas personas reflexionan verdaderamente sobre lo que significa su paso por la tierra? Sí, cuántas se preguntan: «¿Qué hago aquí? ¿Por qué estoy aquí?» La mayoría se comportan como si no tuvieran nada mejor que hacer que intentar pasar el tiempo de la mejor manera posible. Muy pocos son conscientes que esas decenas de años que les han sido otorgados para vivir, deben considerarlos como un período de prácticas.
Sí, un período durante el cual el Cielo les pide que aprendan y mejoren; es decir, aprender a trabajar sobre su carácter, pues es la única cosa que les quedará y que se llevarán con ellos al otro mundo. Cuando dejamos la tierra, nos vemos obligados a abandonar todas las adquisiciones materiales e incluso las intelectuales, y el que no ha hecho ningún trabajo interior se presenta miserable, pobre y desnudo ante los Espíritus celestes de arriba.
El discípulo sabe que debe trabajar aquellas cualidades que permanecerán en él hasta la eternidad; y el Cielo le dará mejores condiciones y medios más eficaces para continuar su trabajo. "
(Omraam Mikhaël Aïvanhov)
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